viernes, 30 de octubre de 2015

La flexibilidad




LA FLEXIBILIDAD: 

Adapta su comportamiento con agilidad a las circunstancias de cada persona o situación, sin abandonar por ello los criterios de actuación personal.


La degeneración de esta virtud es la adaptabilidad: cuando una persona se adapta se está olvidando de si mismo y nadie puede amar a otro si no se ama a si mismo antes. Además la adaptabilidad es sólo un disfraz que después se cobra muy caro.
La flexibilidad es una virtud que está bien considerada en la sociedad de hoy, pero, principalmente porque se la entiende como un “dejarse llevar”, como una invitación a probarlo todo. Así entendida, la flexibilidad no tiene sentido.
La espontaneidad, que suele confundirse con la flexibilidad, no es un fin. En todo caso, es una condición conveniente para conseguir el desarrollo de otras virtudes, especialmente la sinceridad. Para que la espontaneidad sirva de algo, tiene que ser gobernada por la voluntad en relación con el entendimiento.
Por tanto, la última parte de nuestra descripción recobra especial importancia. Me refiero a las palabras “sin abandonar, por ello, los criterios de actuación personal”.
Para ser flexible, hace falta tener criterios y saber reflexionar para relacionar la actividad cotidiana con ellos. 
De este modo, podemos destacar dos caminos para comportarse con flexibilidad de acuerdo con la naturaleza de la situación.
En caso de que los elementos de la situación sean opinables: la flexibilidad se refiere a la disposición y capacidad de la persona de considerar como provisional su punto de vista, y por tanto llegar a matizar o cambiar esta opinión.
En segundo lugar, me refiero al modo de actuar en las relaciones con los demás, o en el modo de trabajar, en caso de que los elementos de la situación no sean opinables.
Un requisito previo para desarrollar la virtud de la flexibilidad es el de saber cuáles son los criterios permanentes que rigen en la propia vida y cuáles son los aspectos de la vida opinables, provisionales.
La flexibilidad, como todas las virtudes, tiene sentido cuando va dirigida intencionalmente a la búsqueda de la verdad y del bien.
Ser flexible no significa en ningún caso dejarse llevar, sino todo lo contrario. Quiere decir aprender a decir sí y a decir no en el momento oportuno. Y, por lo demás, estar abierto al proceso de mejora que existe en la multitud de ocasiones que van surgiendo en nuestro día a día.
La página de la vida

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