martes, 20 de marzo de 2018

Crecer en pareja

► ¿Qué oportunidades de crecimiento nos aportan las relaciones de pareja?





La relación de pareja en sí misma es un camino de espejos y autoconciencia. Un camino que no ofrece precisamente una vida más sencilla, sino más bien una carrera de luces y sombras que puede resultar tan gozosa como complicada. Se trata de un caminar que tras el primer tiempo de estímulos y promesas, declina y desengaña, sin embargo a cambio actualiza potenciales y facilita rendiciones que abren avenidas al alma. Y paradójicamente, para cierto número de seres, precisamente el vivir en soledad por un tiempo determinado, puede ser su forma particular de entrenar aspectos de la persona que más tarde harán mucha falta en la convivencia en pareja.

Lo que sí parece claro es que superar los temores soterrados que se esconden en el aislamiento y establecer vínculos de comunicación sincera, es un camino de rentabilidad cardíaca garantizada. La relación profunda con el “gran otro” y la mirada a sus necesidades más hondas, es la puerta para trascender el natural egocentrismo que nos viene de fábrica. Sin duda conforme nos abrimos cotidianamente a otra persona, nos vemos obligados a desarrollar aspectos tales como la auto observación, la regulación emocional, la actitud cooperativa, la empatía y la compasión honda.



En realidad la relación pareja demanda a sus miembros de una infinita paciencia, así como devoción y una gran entrega. A mayor intimidad, mayor desnudez y por tanto, mayor exigencia en el afinamiento de la música que entre ambos suena. A poca desatención que se produzca, las respuestas desafinadas no tardan en llegar y con ellas, la inminente necesidad de trabajar sobre las desavenencias.

En la relación de pareja, si se quiere vivir con un cierto nivel de salud, convendrá comenzar por cultivarse a uno mismo, y desde ahí, neutralizar aspectos que saboteen la total veracidad que esta necesita. Digamos que la pareja, constituye una relación en la que no hay escapatoria. O bien el vínculo crece y madura, o bien se dirige a una muerte anunciada. Y este marco de sutil tensión y compromiso, conlleva determinación, vocación de servicio y atención sostenida.

Tales parámetros de “mantenimiento” suponen precisamente uno de los ingredientes que mejor nos identifican como raza humana: establecer vínculos capaces de generar proyectos con plena consciencia. 
En realidad si como Humanidad hemos llegado hasta aquí, es porque no sólo hemos sabido cazar juntos, sino porque también disponemos de un corazón compasivo y capaz de amar de manera universal desde la más pura esencia.

El fruto que regala el compromiso asumido en la vida de pareja, se refleja en la honda humanidad que brota en quienes comprenden la entrega sin medida. El hecho de comprobar una y otra vez cómo la relación de pareja, de la misma forma que regala, también pone al límite nuestras resistencias, supone uno de los elementos más valiosos para superar el narcisismo egoísta que a veces arrastramos más tiempo del que se debiera.

Con tales tomas de conciencia, el vínculo puede seguir profundizando y de pronto un día comprobamos que se abrió una puerta sin retorno, una puerta que conduce a una comunión sagrada con la totalidad de la existencia. 
Ese día sonreímos al recordar el sinuoso camino que nos tocó en el conspirar la vida con un determinado cómplice y disfrutar de la visión ampliada.
José María Doria
http://josemariadoria.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario