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jueves, 31 de mayo de 2018

La respiración, una gran aliada


►Mientras hay cuerpo, hay respiración. La vida se abre con una inhalación y se cierra con una exhalación. Respiramos de quince a viente veces por minuto. Es la fuente de vida, el hálito primordial, la fuerza vital que hace posible todos los procesos físicos y psíquicos y el nexo entre el cuerpo y la mente.


Es un proceso involuntario, pero que puede hacerse voluntario; una función mecánica, pero que puede hacerse consciente. Su relación con la mente es tan estrecha que en la sabiduría del yoga se ha dicho que la mente es jinete y la respiración es el caballo. El control de la respiración conduce al de la mente y el de la mente al de la respiración.
La esencia nutritiva de la respiración se conoce con el vocablo prana. Es la potencia vital. Ni un gesto, ni una idea, ni un pensamiento o movimiento es posible sin prana. A través del dominio de prana, yoguis avanzados influyen sobre el corazón, el pulso y el metabolismo.
La respiración es la más importante fuente de prana; otras lo son la alimentación,  el sueño, el descanso y las impresiones mentales y emocionales. La respiración consciente y profunda tiene por objeto abastecer al practicante de mayor cantidad de prana o fuerza vital. Fuerzas psicosomáticas pueden ser controladas mediante el dominio del prana.
El prana es también el “cordón” energético con la energía cósmica. La persona es un universo en miniatura o réplica del universo. Este microuniverso que somos está realimentado por prana. Sin prana, la muerte sobreviene; cuando prana no circula bien, hay una ruptura del equilibrio psicosomático y surgen determinadas enfermedades.
Hubo una escuela de yoguis, los pranavadins, extraordinariamente versados en el manejo del prana. Segun ellos, sin ejercicios de pranayama no hay verdadero yoga. El prana es también uno de los elementos vitales, como lo son la tierra, el agua, el fuego o el éter. El prana-vayu es el elemento aire y cursa por los conductos energéticos. Además de la fisiología normal, para los yoguis hay una fisiología sutil y el cuerpo físico se ve correspondido por el cuerpo sutil, con sus respectivos centros y canales de en energía.
La energía cósmica se conoce por Shakti, y ésta se manifiesta en el ser humano como prana o fuerza vital y como simiente de iluminación o Kundalini. Prana es dinámica y Kundalini es estática. Hay una estrecha conexión entre la mente, la respiración y la fuerza sexual. El yogui aprende a reorientar estas tres potencias, así como a desarrollar ese germen de Sabiduría o Iluminacíon que es Kundalini. Cuando Kundalini se va desplegando, permite al practicante escalar a dimensiones más elevadas de consciencia. El tiene que activar y dirigir idóneamente el prana y poner los medios y técnicas para el despertar de esa bella durmiente que es Kundalini y que al desplegarse muta la psique del aspirante y abre el ojo de su entendimiento correcto.
El prana es la fuerza que hace posible el funcionamiento de los órganos sensoriales y los órganos de acción. Es el ánimo (ánima) y el aliento, y cuando uno se siente escaso de ellos suele expresarse como “estoy desanimado” o “estoy desalentado”, pero si en cambio uno se siente bien, dice “estoy animado”, y es que cuando el prana funciona adecuadamente se siente estimulado el tono vital. Así es de importante prana en nuestras vidas.
Es también poder interior, y muchas de las técnicas del yoga (asanas, pranayama, savasana, meditación y otras) tienen por objeto la acumulación y distribución de prana. Por un lado, pues, tenemos que abastecernos de prana y, por otro, evitar sus fugas, que vienen dadas por agitación, disgustos, preocupaciones, obsesiones y la deficiente atención a las fuentes de prana.
El yogui trata de servirse de la sabia utilización de prana para estar fuerte y poder llevar a cabo el trabajo interior que le permita despertar Kundalini y conseguir estados superiores de consciencia que le acerquen a la Liberación, o sea a ese estado más allá de la actividad egocéntrica y que le hace percibirse a uno como la Totalidad.

Ramiro Calle
https://www.yogaenred.com

lunes, 30 de abril de 2018

Dime cómo respiras y te diré cómo estás


4 tipos de respiración para mejorar nuestras vidas
Mediante diferentes tipos de respiración podemos mejorar nuestra vida, nuestra salud e, incluso, nuestra claridad mental. ¿Empezamos?
Las emociones desbordadas pueden generar tensión muscular, alterar la postura y mermar la respiración, pero si nos detenemos para observarla, vemos que la respiración se amplía, la postura mejora y se diluye la tensión muscular, el cuerpo se relaja, la mente se serena y las emociones se aquietan.

Distintos tipos de respiración aportan beneficios diferentes

No se trata de dejar de pensar, sino de centrar la mente, de dirigir la atención. De hecho, respirar conscientemente es una forma de meditación. Veamos distintos tipos:

1. Respiración lenta y profunda

Es importante que nos acostumbremos a respirar por la nariz, ya que de este modo se filtran sustancias tóxicas que se propagan por el aire y se refuerza el sistema inmunológico. Esta clase de respiración tiene enormes beneficios en la salud física, mental y emocional.
Sin forzarnos en ningún momento, la exhalación debe durar más que la inhalación. Pero lo importante es que la respiración no sea superficial, que el aire penetre por las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, llene la parte superior de los pulmones y baje hasta llegar al diafragma y al abdomen.
Cuando los pensamientos incesantes nos desbordan o sentimos miedo, ansiedad o depresión, la respiración se acorta y se acelera. De este modo, nos llega menos oxígeno al cerebro y somos incapaces de pensar con claridad, las tensiones se acumulan en la parte alta del cuerpo y podemos sentir estrés, angustia, cefaleas, vértigos…
Si centramos nuestra atención en la respiración regular, lenta y profunda, notaremos que disminuyen las tensiones y contracturas de los músculos de la cara, el cuello, los hombros y la espalda, y se produce una reducción en el ritmo cardiaco. La mente se relaja y la ansiedad y el estrés se regulan.
Esta respiración combate la depresión y otros trastornos de la conducta y mejora el ánimo, ya que una buena oxigenación favorece la segregación de neurotransmisores que influyen positivamente en las alteraciones emocionales.

2. Respiración sanadora

Una inspiración profunda hace que el diafragma se contraiga y baje hacia el abdomen. La exhalación es muy suave.
Esta respiración se convierte en una especie de masaje revitalizador del esófago, el estómago, el intestino grueso y el delgado, los riñones, el páncreas, la vesícula biliar, el bazo y el aparato urinario.
Aumenta la ventilación de los alveolos y la oxigenación, así como la capacidad de los pulmones de redirigir ese oxígeno eficientemente a todo el organismo; el hígado, el bazo y los riñones desalojan más sangre y se desintoxican, se activa la circulación sanguínea, y la digestión, el estómago y los intestinos funcionan mucho mejor.
Como consecuencia, el corazón tiene menos presión y el ritmo de los latidos se regula y fortalece, las probabilidades de padecer trastornos cardiacos se reducen, aumenta la cantidad de glóbulos rojos y baja la presión arterial. Todo ello favorece el tratamiento de enfermedades cardiacas, asma, hipertensión, insomnio, úlceras gástricas, alteraciones de la conducta…
Cuando exhalamos, nuestro abdomen se contrae e impulsa suavemente el aire y la energía a través de la médula espinal hacia el cerebro, oxigenándolo. Este es el órgano que necesita más oxígeno, por lo que así ayudamos a prevenir el Alzheimer y otras demencias.

3. Respiración desintoxicante


Existe también otro tipo de respiración con propiedades depurativas de toxinas y energías negativas. Esta limpieza se realiza al inhalar por la nariz y exhalar lenta y profundamente por la boca. En este caso, la exhalación debe durar más o menos el doble que la inhalación.
Podemos mejorar sus efectos benéficos y prevenir trastornos gástricos si llevamos la inspiración nasal en profundidad hasta el diafragma y de ahí al abdomen, expulsando después el aire suavemente por la boca hasta comprobar que hemos vaciado completamente los pulmones mediante una ligera contracción del abdomen.
De esta manera, al inhalar en los pulmones entra una mayor cantidad de aire renovado que permite una mayor limpieza del organismo en general y de la cavidad pulmonar en particular.

4. Respiración revitalizante

Con ella tonificamos el organismo al instante. Se trata de inhalar por la boca y exhalar por la nariz. Conforme hacemos esta respiración más profunda y larga, se intensifica la energía en todo el cuerpo y se percibe un aumento de la temperatura. Uno de los más efectos más notables es la mejora de la circulación sanguínea.
Es una respiración ideal para elevar las defensas y combatir enfermedades digestivas, hepáticas y especialmente las del sistema cardiovascular y el respiratorio, ya que aumenta la capacidad y elasticidad pulmonar y torácica.

Permite distribuir eficaz y uniformemente el oxígeno en el organismo, mejora la oxigenación celular y eleva la energía interna.

Empieza a respirar aquí y ahora

Amanece, el sol comienza a despuntar, abrimos la ventana y respiramos profundamente. Nuestros pulmones se llenan de aire. Respirar conscientemente es unir cuerpo y mente, consciente e inconsciente, en una sola entidad que vive al unísono. Al hacerlo nos convertimos en observadores.
En los núcleos urbanos inhalamos aire desvitalizado con iones positivos junto con la contaminación, el polvo y los tóxicos domésticos, elementos que pueden ser nocivos para la salud. En la naturaleza, en principio, sucede lo contrario, respiramos iones negativos, aire limpio y vital, que nuestro organismo agradece de inmediato.
El lugar donde nos encontramos es importante, pero hay algo que suele pasar inadvertido para la mayoría de las personas: la necesidad de respirar correcta y saludablemente.
Vivamos donde vivamos, aprender a respirar es una de las mejores cosas que podemos hacer por nosotros mismos y por los demás: cuando tomamos conciencia de ello, nuestra manera de percibir la realidad cambia radicalmente.
Una respiración deficiente origina un amplio abanico de síntomas y enfermedades; pero en cuanto la normalizamos, el organismo reacciona positivamente y hace frente a cualquier patología de forma más eficaz.

Dos movimientos clave

La inspiración es un proceso de concentración de la energía hacia lo más profundo del organismo. Si es deficiente, la energía vital se debilita; en estos casos es fácil encontrar trastornos en los órganos y en la médula ósea de los huesos, disminución de las defensas inmunológicas, anemia…
Por otra parte, la espiración es un proceso expansivo hacia las zonas exteriores, como los miembros y la piel. Una exhalación deficiente provoca problemas circulatorios, manos y pies fríos, infecciones, envejecimiento prematuro, trastornos de la piel, deshidratación…

Respiración eficiente: ¿por dónde empezamos?

Beneficiarnos de una respiración eficiente está en manos de todos, la podemos practicar en cualquier lugar y momento y es una de las bases en las que se asienta el bienestar. Solo necesitamos tomar conciencia de cómo hacerlo:

1. Primero, observarnos

Para empezar, centraremos nuestra atención en la respiración, en cómo penetra el aire en nuestro cuerpo, revitalizándolo, y en cómo sale, llevándose lo negativo. Profunda y rítmicamente, inspiramos y espiramos.

2. Una tarea cotidiana

Podemos practicar en cualquier momento y lugar, con los ojos abiertos o cerrados, antes de dormir, al despertar, mientras meditamos, caminamos, fregamos los platos, sentados o tumbados…, aunque lo mejor es que la columna vertebral esté bien erguida. Es una práctica de vida, salud y consciencia que permite comprobar que los estados de relajación y de paz interior perduran en el tiempo.

3. Aspectos esenciales

Son recomendables al menos 10 respiraciones conscientes, lentas y profundas 10 veces al día siguiendo estos principios:
  • Respirar preferentemente por la nariz, suave y silenciosamente.
  • Inspirar y espirar lenta y profundamente.
  • Relajar la mandíbula, los hombros y el cuello.
  • Sentir cómo el aire penetra desde la nariz hasta lo más profundo del abdomen.
  • Hacer la espiración más prolongada que la inspiración.
  • Centrar la mente en el proceso de respiración.
  • Prestar atención a las zonas del cuerpo que están en tensión mientras el aire entra y sale.
  • Empezar y acabar el día con una práctica de respiración consciente.
Mente Sana
http://paradigmaterrestre.com

domingo, 29 de abril de 2018

Había una vez un mundo mágico llamado Plenitud


Había una vez, en un Universo muy lejano, un mundo mágico y diferente a todos los mundos. Ese mundo tenía por nombre PLENITUD.
En él reinaba la luz; no existían los límites; las palabras “tiempo” y “espacio” eran totalmente desconocidas para sus habitantes, y vivían momento a momento en ausencia de la prisa y el miedo. Todo fluía y se movía en armoniosa sintonía…
Pero un día, un terrible día para su historia, apareció un extraño ser llegado desde otro Universo. Ese ser decía llamarse SER HUMANO y venir de un mundo llamado TIERRA. Con su llegada, los habitantes de Plenitud quisieron reunirse con él y poder conocer todo sobre su mundo y costumbres. “Sería interesante y novedoso escucharle” – pensaban…
Y es que decía venir con muchos mensajes, “sabias enseñanzas” a su modo de ver, con tono de suficiencia y superioridad. Pronto comenzaron a creer que debía de tratarse de un ser superior a ellos y que aprenderían muchísimo de él. Escuchándole, cayeron en la cuenta de que en su mundo de humanos se habían inventado términos que Plenitud desconocía.

Supieron del Tiempo y el Espacio

Es por ello que no dudaron que ese Ser, al que comenzaron a llamar Maestro, había viajado millones de kilómetros por el espacio para iluminar sus vidas con su sabiduría… Y así fue, sus primeras lecciones no pasaron desapercibidas, ya que reveló en ellas el significado de las palabras: Tiempo y Espacio, hasta la fecha, desconocidas para ellos.
Habló durante horas sobre todos los significados de la palabra Tiempo y sus implicaciones… El Tiempo marcado por el pasado, los límites del tiempo, el futuro como parte del tiempo, la medición del tiempo (inventos tan logrados como los relojes, agendas, calendarios…) y un largo etcétera.
A todo ello, le sumó la enseñanza del término Espacio, también con todas sus implicaciones: Los límites del espacio, las murallas, las fronteras, las propiedades, los lugares que te hacen feliz, los lugares que te hacen infeliz…
Los habitantes de Plenitud, asimilaron rápidamente las enseñanzas de su nuevo Maestro, y no dudaron en tenerlas en cuenta a partir de entonces en su día a día. Para ello, se fueron poniendo en marcha cadenas de creación de Tiempo y Espacio, lo que facilitó que pudieran tener acceso a fechas, horas, cálculos temporales, calendarios, relojes…

Supieron del Pasado y el Futuro

Por fin, el pasado y el futuro ya estaban presentes en sus vidas. Y es que, ¡Cómo no se habían dado cuenta antes!, ¡El tiempo se acaba!…por lo que “hay que correr para conseguir un futuro mejor, no vaya a ser que hoy no hagas lo suficiente para ello y entonces te lleve a un terrible pasado”.
De esta manera, verles correr para ir al siguiente lugar se convirtió en algo habitual, y con ello la siguiente ilusión creada: el valor a los espacios. Y es que, quizás era un determinado lugar el que les diera más satisfacción en un futuro y así poder tener recuerdos maravillosos.
Por lo que comenzaron a levantarse deprisa, para ir corriendo a la calle, para en la calle ir corriendo a la montaña, para en la montaña ir corriendo para llegar antes y una vez allí, bajar corriendo para llegar a un lugar de descanso, para poder descansar corriendo e ir más tarde a un lugar donde fueran a estar mejor. ¡Pufff!, ¡Eso si que era disfrutar y aprovechar la vida al máximo!

Supieron de la Prisa y el Miedo

Los habitantes de Plenitud siguieron durante mucho tiempo en esta espiral, sin ser conscientes de ello…hasta que comenzaron a sentir sensaciones nunca vividas: unos empezaron a sentir falta de aire, sentimientos de ahogo, palpitaciones, otros comenzaron a tener reacciones en la piel, manchas… otros decían tener dolores de cabeza y musculares….y todos coincidían en sentir una agitación mental constante, a tal nivel que se estaban dando cuenta de que les hacía enfermar.
Hasta su mundo, antes iluminado, comenzó a perder su luz para convertirse en un mundo gris y apagado. No encontraban explicación a todo esto, pero si sabían que todas estas sensaciones no les dejaban disfrutar, y con ello comenzaron a sentir MIEDO, miedo a que todos esos síntomas siguieran ahí, miedo a que si no se iban acabaran enfermando o les acabara sucediendo algo grave…lo que les llevó a correr más para buscar una solución, ya que si se daban prisa quizás encontraban un remedio a sus males y así poder evitar un futuro peor.
Tanto corrieron, que acabaron perdiéndose en el descontrol, en el sentimiento de vacío, en no saber quiénes eran, ¡Ni por qué corrían! Los sentimientos de vacío se hicieron tan grandes, que el amor propio y hacía los demás comenzó a perderse. Personas que se amaban a sí mismas por el hecho de serlo, comenzaron a sufrir por creer no estar en el lugar adecuado en un determinado momento. Y de tener relaciones basadas en el respeto, muchos pasaron a odiarse por el apego a los lugares y la obsesión por el tiempo.
Plenitud, no sólo era ya un mundo gris, apagado y caótico, ahora se le sumaba la violencia. Pero como en todo cuento, hay un gran héroe y salvador, éste no iba a ser menos. Su salvación apareció. Fue tanto lo que empezaron a sufrir, que en su sufrimiento muchos se perdieron y no pudieron ver más allá, pero otros despertaron como salida a su sufrimiento. ¿Cómo? Llegaron a lo más profundo de su SER, a lo que siempre habían sido.

Todo se soluciona cuando vuelves a ti

Al contemplarse a sí mismos tan asfixiados, comenzaron a cerrar los ojos y a respirar. Es ahí donde pudieron parar el torbellino, es ahí donde encontraron la verdadera solución. Todo se soluciona cuando vuelves a ti. Cuando despiertas y vuelves a conectar. Y es así como volvieron a caer en la cuenta de que todo sucede aquí y ahora, como siempre había sido. Y que la idea de lo pasado o lo que estaba por llegar realmente era una ilusión creada por su mente. Un límite psicológico al que se habían atado convirtiéndose en una tortura para sus vidas.
Poco a poco, los que fueron dándose cuenta se ocuparon de agrupar al resto para ayudarles a recordar su verdadera esencia. ¡Despertar! – Les decían. Cerrar los ojos, respirar y quedaros ahí. Cuando los abráis, no es el fin de vuestra presencia, podéis seguir ahí, presentes en vosotros mismos.
Y así fue, cuando volvieron a conectar con ellos mismos, fueron despertando, volviendo a convertir su vida en lo que estaba destinada a ser: Simplemente eso, SER, y nada más. Todos volvieron a un estado de constante PRESENCIA, la que les llevó a no creer ni esperar que el siguiente momento fuera más pleno que el que estaban viviendo. Nadie esperaba ya al siguiente momento.
A partir de entonces, el SER HUMANO llegado desde la Tierra, dejó de ser escuchado. Lo que resultó ser tal ataque para su EGO, que sintió no ser valorado lo que merecía llevándole a tomar la decisión de volver a su mundo, y lo hizo con mucha prisa. Ellos si que sabrían apreciar su llegada y no esos necios habitantes de Plenitud.
No dudaba de lo felices que haría a sus familiares y amigos cuando le vieran allí, en el lugar y momento adecuado. Es más, tal sería su felicidad, que seguro alguno de ellos se encargaría de inmortalizar ese momento con fotografías y subirlas rápidamente a las redes sociales para que todo el mundo supiera y estuviera informado de lo felices que eran en ese momento.
Los habitantes de Plenitud, no tuvieron nada que reprocharle, ya que gracias a su estancia en su planeta, pudieron afianzar lo que ya sabían: Las únicas tres preguntas importantes en la vida y sus verdaderas respuestas…
¿Dónde estamos? … Aquí
¿Qué hora es? … Ahora 
¿Nuestra salvación? … la Conciencia.
Y colorín, colorado…espero que este cuento os haya concienciado.


Saioa Barredo Canales
para http://psicopedia.org

jueves, 12 de abril de 2018

La sanación cuántica de Deepak Chopra


Deepak Chopra basa su sistema de curación en la medicina Ayurvédica. El Ayurveda, que se originó en la India hace más de 6 mil años, significa en sánscrito “la ciencia de la vida”.
Esta medicina hace referencia a una visión integral del ser humano, donde el cuerpo y la mente están estrechamente relacionados y se influencian mutuamente.
El cuerpo se moldea a partir de la conciencia, ya que ésta tiene un potencial enorme para producir cambios en el organismo, como curar enfermedades y retardar el envejecimiento.
Nuestro sistema actual de vida está regido por la gran ilusión de la materia: creemos que ésta es lo único que existe y que la conciencia es un subproducto de ella. Pero esa concepción está basada en una interpretación sensorial, y está claro que nuestros sentidos físicos no nos permiten percibir la verdadera naturaleza de la realidad. Pensamos que es sólida y estática, cuando en verdad está en permanente cambio.
Esto también es válido para el cuerpo humano, que experimenta un cambio permanente. En menos de un año, se reemplaza el 98% de los átomos del cuerpo, la piel se renueva cada cinco meses, el esqueleto cambia cada tres meses e incluso el ADN, que es donde se inserta nuestro código genético, se reemplaza cada seis semanas: “Uno parece ser el mismo por fuera; sin embargo, es como si se cambiaran continuamente los ladrillos del edificio”.
Pero no debemos confundir el instrumento con el usuario del instrumento. El cuerpo cambia y se renueva, no es el mismo y, sin embargo, mantiene su identidad, ya que la base de su existencia está más allá de la materia y pertenece al dominio quántico, donde no hay materia, sino sólo inteligencia que organiza la información y es capaz de identificarse y comunicarse con el resto del Universo. La mente, que es el movimiento de la conciencia -o alma-, utiliza energía electromagnética para crear el cuerpo.
Ciertamente, no es posible retroceder la edad cronológica, pero sí es posible revertir el proceso de envejecimiento. Esto significa actuar sobre la edad psicológica (cómo nos sentimos y cómo ejercemos la edad cronológica) y sobre los 15 marcadores biológicos de ésta: presión sanguínea, tasa metabólica, densidad ósea, regulación de la temperatura, contenido de grasa, capacidad aeróbica, nivel de colesterol, masa muscular, fuerza muscular, niveles de hormonas sexuales, tolerancia al azúcar, sistema auditivo, visión, inmunidad y estado de la piel.

Investigaciones científicas que se han venido realizando desde hace ya más de 50 años, a partir de la década del 70, han descubierto que cada uno de esos marcadores puede revertirse hasta 15 años. Al igual que en el universo, todo es reciclable en el ser humano: las moléculas y células del cuerpo, las emociones y los pensamientos.
El cambio de uno de los marcadores biológicos de la edad produce el cambio de todo el resto de ellos, pero cuando todos éstos cambian a la vez… ¡el cambio ya es exponencial!
Chopra explica que existen diversas técnicas para modificar los marcadores biológicos. Para esto, hay que actuar a nivel del cuerpo físico (conexión, energía o materia, prana o ki en otras tradiciones); del cuerpo sutil (mente, intelecto, ego, ideas, emociones, conceptos, personalidad, auto imagen, etc.) y del cuerpo causal (genera causas y hace que se creen los otros cuerpos, aquí se ubican el alma y el espíritu). Así, desde el cuerpo físico hasta el causal, vamos del tiempo a la eternidad.
Uno de los mejores métodos para conservarse joven y vital es la práctica regular de la meditación, que permite que los niveles hormonales se mantengan altos y no decaigan. La meditación permite conectarse con la fuente primordial de energía del universo - lo Superior, Dios o como elijas llamarle -  y realizar algo tan importante como retornar a la memoria del Amor, que es propia del ser humano.
El contacto directo con lo sagrado -por ejemplo, a través de la meditación o la comunión con la naturaleza- proporciona la experiencia máxima de Amor. Se irradia como luz y plenitud, que transforman el cuerpo y las emociones y, por tanto, el mundo que nos rodea.

Diez consejos para retardar el envejecimiento:

1. Cambio de la percepción: Pasar de una visión materialista del universo a una visión integral y espiritual de la vida y la materia.
2. Tiempo: Dejar de vivir preocupados por el mañana o de vivir de los recuerdos y aprender a estar presente y vivir del ahora.
3. Sueño: La mala calidad de sueño acelera el envejecimiento. Lo que importa no es la cantidad, sino la calidad del sueño. La medicina ayurvédica aconseja acostarse sobre las 10:00 de la noche. Estas dos horas antes de la medianoche tienen un efecto reparador mucho mayor que las 6 horas siguientes. Es bueno dormir unas 8 horas y no excederse, si no se obtiene el efecto contrario, debilita.
4. Vigila tu alimentación: De acuerdo con el Ayurveda, el cuerpo se siente satisfecho y en equilibrio cuando tiene acceso a los seis sabores básicos (astringente, dulce, amargo, salado, agrio y picante). Los alimentos deben ser lo más frescos y naturales posibles, porque así aportan mayor cantidad de prana o energía. Además, se deben tomar suplementos nutricionales (multi-vitamínicos con minerales), ya que aunque tengamos una buena dieta, los necesitamos debido a la gran cantidad de toxinas y de tensiones a las que estamos expuestos diariamente.
5. Haz deporte: El yoga, el tai-chi o cualquier deporte que nos mantenga activos será bueno para recuperar la relación mente-cuerpo. La mejor forma de integración de ambos es a través de la respiración consciente, que facilita el movimiento energético de lo físico a lo mental.

6. Aprovecharse de los beneficios del Sol. Mirarlo, tomar baños de Sol, etc. Contrariamente a lo que dicen las empresas que venden protectores solares el cuerpo, hay más enfermedades de la piel en países donde casi no sale el Sol.
7. Eliminar las toxinas: Se deben eliminar las drogas, el alcohol y el humo del cigarrillo, pero también las toxinas emocionales, como miedo, depresión, culpa, enojo e ira, que actúan al nivel del cuerpo sutil. Desintoxica tu hígado, riñones y colon habitualmente.
8. Amor: Dar y recibir amor estimula el sistema inmunológico. Los tres niveles en que se expresa el amor son verbal (“te quiero”), atencional (escuchar al otro ininterrumpidamente) y afectivo (tocar, acariciar).
9. Creatividad: Aplica tu creatividad. Pinta, escribe, cocina, canta, etc, pero expresa tu creatividad de un modo libre y natural.
10. Mejórate: Mantén tu mente alimentada con lecturas que te hagan crecer interiormente. Ayuda a tu Alma día a día a que se eleve de la materia con lecturas inspiradoras.

Anclaje de Luz
Vía. http://paradigmaterrestre.com

lunes, 9 de abril de 2018

La respiración consciente contra la ansiedad

Somos seres básicamente respirantes. Lo primero que hicimos al nacer es inhalar y lo último que haremos en esta vida es exhalar. Respiramos de quince a veinte veces por minuto y existe una estrecha relación entre la mente y la respiración, tanto es así que en el yoga se dice que la mente es el jinete y la respiración es el caballo.  

Escribe Ramiro Calle.

La respiración y los estados mentales y emocionales están íntimamente vinculados. Si estamos tranquilos y relajados, la respiración se hace más lenta, pero si estamos ansiosos o nerviosos, se hace más rápida. Si recibimos un susto, se entrecorta, y si estamos muy concentrados, se suspende unos instantes. Cuando padecemos angustia se hace jadeante y cuando estamos muy distendidos, se equilibra. A cada estado emocional y mental sigue un tipo de respiración y viceversa. Partiendo de este evidente principio, los yoguis se han servido desde muy antaño de la respiración para concentrar la mente y calmar los procesos emocionales y somáticos. La respiración es así una herramienta fabulosa para sosegarse e irse liberando de la agitación, la ansiedad o la zozobra.

Basta con hacer una respiración un poquito más consciente, lenta y larga (lo que puede llevarse a cabo paseando por una playa, en un parque o en cualquier lugar donde uno se encuentre), para que el sistema nervioso se tranquilice y las emociones se pacifiquen. Por ejemplo, la respiración diafragmática es un verdadero bálsamo, seda el sistema nervioso y resulta idónea para utilizarla durante la relajación profunda. La respiración consciente, asimismo, acrecienta y unifica la consciencia, nos reporta vitalidad y plenitud y nos ayuda a desarrollar la presencia de ser. Estando atentos a la respiración volvemos a nuestro centro, es decir, nos recentramos y aquietamos.

Como la respiración es nuestra constante compañera mientras estamos en este cuerpo, la podemos convertir en una aliada excepcional para estar más atentos, vivos, plenos y aplomados. La atención a la respiración se convierte en una especie de ganzúa para explorar otros planos de la consciencia, y la denominada meditación sobre a respiración es una meditación universal, porque cualquiera puede usarla tenga o no tenga uno u otro tipo de creencias, sea niño o anciano, sano o enfermo. La respiración consciente se convierte en un medicamento de gran eficacia, y sin contraindicaciones, para permanecer armónico y desarrollar claridad mental y ecuanimidad.

Un valiosímo ejercicio de respiración que debería aprenderse desde niño es el denominado “respiración integral”, que consiste en llevar el aire lentamente por la nariz desde el viente, ininterrumpidamente, hasta la zona más alta del tórax pasando por la zona intercostal. Esta respiración influye muy favorablemente en tres niveles: el somático, el energético y el mental. Es una fuente de vitalidad y plenitud y se puede realizar extendido, sentado o de pie.
 
La respiración, pues, se puede utilizar de dos maneras: como ejercicio respiratorio y como soporte para la denominada meditación sobre la respiración; ésta última hay que llevarla a cabo respirando con toda naturalidad. Incluso en la vida diaria, ante una situación estresante o intranquilizadora, podemos calmarnos haciendo una respiración un poquito más lenta y más larga. Sus efectos ansiolíticos son evidentes. Y siempre podemos encontrar en la respiración una amiga con la que ayudarnos a sosegar los procesos del cuerpo y de la mente y una herramienta muy efectiva para encontrar nuestro “punto de quietud”.