miércoles, 2 de marzo de 2016

El encuentro más íntimo no es el sexual, es el desnudo emocional


El encuentro más íntimo entre dos personas no es el sexual, es el desnudo emocional. Un intercambio que se produce cuando se vence el miedo y nos damos a conocer al otro tal y como somos en cada una de nuestras vertientes.
No es fácil de lograr. De hecho, un desnudo emocional no es algo que se consiga a la ligera ni con cualquiera. Hace falta tiempo, fuerza y ganas de escuchar, sentir y abrazar emociones. Autoconocimiento y heteroconocimiento, es decir, el conocimiento de uno mismo y el de la realidad del otro.
Visto así, no parece casual el término que los escritos bíblicos utilizan para hablar de amor sexual o del establecimiento de la intimidad; es CONOCER. De conocernos y desnudarnos en pasiones, en sentimientos y en historia emocional va a tratar este artículo…

El desnudo emocional comienza por uno mismo

El desnudo emocional comienza por uno mismo. Es decir, es muy importante que las personas nos identifiquemos con lo que sentimos y nos demos cuenta de cómo nos sentimos cómodos o incómodos, qué pensamos y cómo podemos utilizar nuestras emociones al servicio de nuestros pensamientos.
Escucharnos, conectar y conocer nuestra herencia emocional, es decir, escanear nuestro cuerpo emocional es imprescindible para destapar nuestros miedos, nuestros conflictos, nuestras inseguridades, nuestros logros, nuestros aprendizajes, etc.
Conocer nuestra filosofía emocional, explorar nuestras vulnerabilidades permanentes, ser conscientes de lo doloroso y que eso fluya, es imprescindible para poder contemplar la imagen que nuestro espejo emocional nos proyecta al quitarnos las prendas que nos “visten”.
El autoconocimiento de nuestras vulnerabilidades emocionales no hace que estas desaparezcan, pero tener una concepción más profunda sobre ella implica que cada vez que aparezca en nuestra vida podamos identificarla y actuar sobre ella, impidiéndole que ahogue nuestras conexiones emocionales.

Nuestra herencia emocional, la clave para conectar

Nuestra herencia emocional ejerce un fuerte impacto tanto en nuestra capacidad de conectar emocionalmente con los demás como en las ocasiones que tenemos de hacerlo. Es precisamente este bagaje, esta piel, la que nos hace matizar y actuar sobre nuestras sensaciones, sentimientos y emociones de una determinada manera.
Exponernos a nuestros recuerdos y a aquellas sensaciones que pueden resultarnos desagradables no es fácil y muchas veces ni siquiera se contempla como útil. Sin embargo, existen muchas razones por las que resulta recomendable quitarse las prendas:
  • Si queremos tener relaciones más significativas, es importante que nos detengamos a mirar al pasado y a sanar las heridas emocionales de nuestra infancia.
  • El cableado de conducción que transporta nuestros mensajes emocionales debe ser descubierto para que nuestras reacciones no nos manejen. Por ejemplo, cuando decimos que “nuestro hermano nos saca de quicio”, realmente estamos teniendo la sensación de que sabe en qué tecla tocar para enfadarnos.
  • Conocer estas pautas de reacción emocional y comunicarlas nos ayuda a regenerar nuestros pensamientos y nuestro estado de bienestar general.
  • Así, cuando realizamos una labor de autoconocimiento, nuestro diálogo interno puede lograr cambiar de “Las personas son peligrosas para mí” a “La forma en que me trataron me hizo daño, pero ya soy consciente y procuro que eso no influya”.
  • Cuando accedemos a nuestra herencia emocional y comprendemos cómo los sentimientos del pasado matizan las experiencias del presente, podemos ser más hábiles a la hora de establecer fuertes y sanos lazos de unión con quien nos rodea.
  • Ser conscientes de los filtros emocionales, de los abrigos y de las corazas que nos ponemos contribuye a hacernos hábiles lectores e intérpretes tanto de los intentos de conexión de los demás como de los propios.

No es fácil desnudar a una persona herida

Desnudar emocionalmente a las personas muy marcadas por su pasado puede resultar difícil, pues hace falta lidiar con las corazas, con las prendas que le vuelven inaccesible, las desilusiones que envuelven a la persona, los miedos al rechazo, al abandono, a la soledad…
Para hacerlo se necesita ser inteligente, amar a la persona y abrir los oídos, los ojos y la piel desterrando los prejuicios y la actitud de juzgar. Es decir, una escucha activa emocional a través de todos los sentidos sin “peros” ni comas fuera de lugar.

Para hacer esto debemos saber que un desnudo emocional no se crea en cualquier tipo de ambiente sino que deben darse las condiciones idóneas para generar emociones, sentirlas, manipularlas, examinarlas y usarlas.
Los escenarios emocionales ideales para el desnudo son aquellos en los que prima la escucha desde el interior, la empatía y la inteligencia emocional. Escenarios en los que se potencia la comunicación y la comprensión con una gran base de respeto y tolerancia.
Solo así lograremos crear un ambiente emocionalmente distendido en el que realmente pueda darse en el encuentro íntimo, el desnudo de los miedos, de las inseguridades y de la verdad emocional. Solo así lograremos esos abrazos que rompen los miedos, que cierran nuestros ojos y que nos entregan al 200% en cuerpo y alma.
Psicología/Raquel Aldana
https://lamenteesmaravillosa.com


Decisiones - Alan Watts (vídeo)

Cuando tengas que tomar una decisión, sé como una nube

 

martes, 1 de marzo de 2016

Decisiones y Sentimientos


Podemos guiarnos con firmeza a buen destino. Y podemos sentir nuestro corazón plenamente dichoso.

Tenemos dos compañeros que algunas veces percibimos como ajenos a nosotros, o incluso como antagonistas. 
Son amigos inseparables que pueden ser una bendición para nosotros y para los demás.
Cuando aprendamos a relacionarnos con ellos nos mostrarán su rostro verdadero y descubriremos en su faz a dos aliados sagrados, que siempre lo fueron.

Las decisiones y los sentimientos crean una química o una magia, con la que pueden neutralizarse mutuamente, explotar destructivamente, o revolucionar y nutrir nuestra vida de formas maravillosas.

Los sentimientos nos dicen cómo nos va la vida y las decisiones nos permiten llevar 
nuestra vida al destino deseado. 
Ambos se influyen mutuamente.Y podemos dejar de utilizar como carceleros a estos dos estupendos aliados.

Un capitán de barco necesita tener en mente el destino que busca y también su barco, sus provisiones y su conocimiento 
de los hombres. Al correr un maratón se tiene en cuenta la meta, la distancia a recorrer y los recursos del cuerpo. Y en nuestra vida es importante reconocer hacia dónde nos dirigimos y la forma en la que nos sentimos durante el trayecto, porque si bien es importante el lugar en el que estaremos en el futuro, también lo es el sentimiento del corazón en el presente eterno en que él se desenvuelve.

Los sentimientos nos dicen cómo nos va la vida y nos indican los pasos necesarios para estar más satisfechos y ser más felices. 
Las decisiones nos llevan adonde queremos estar y nos convierten en lo que anhelamos ser.

Nuestros sentimientos nos acompañan todo el tiempo, tanto si dormimos como si estamos despiertos, si seguimos nuestro
 corazón como si lo rehusamos…y lo más importante a tener en cuenta: tanto si queremos sentirlos como si no. Podemos negarlos e ignorarlos pero no se irán si no los aliviamos con atención y acción. La atención para saber que están ahí, para reconocerlos, para aceptarlos como partes de nosotros o como fieles amigos. Y la acción para aliviarlos, para hacerlos sentir mejor, para procurar su bienestar constante y a largo plazo. Ya que cuando no cuidamos de sentirnos bien, tratando a nuestros sentimientos como amigos, estos se convierten en tiranos a los que nos resistimos queriendo ahogarlos con vicios con los que pretendemos olvidar lo miserables que somos, o que destruyen todo posible gozo derivado de alcanzar nuestras metas. 

Más vale ser amigo y vivir en paz con quienes estamos destinados a vivir toda nuestra vida: los sentimientos, en este caso. 
Para conectar con ellos podemos responder a una pregunta que nos hacen a menudo: ¿Cómo estás? O ¿Cómo te sientes? 
Y saber ahora que es una pregunta que nos pone en contacto (si permitimos la suficiente introspección) con nosotros mismos y que nos puede dar respuestas muy valiosas y significativas para vivir la vida que queremos y vivir en Paz, porque el corazón nos habla directamente desde el Espíritu. Para traer conciencia al  momento presente.

Como personas con valor intrínseco, todos somos iguales. Son las acciones que manifestamos las que marcan una diferencia en los resultados que obtenemos y el destino que alcanzamos. Y son nuestras decisiones, y muchas veces la firmeza con la que las mantengamos, quienes nos permitirán manifestar con claridad y consistencia la persona que somos internamente y que queremos revelar en el mundo. Y será esto que le demos a la vida lo que ella tomará para retribuirnos los regalos que nos tiene reservados.

A veces, nuestros sentimientos parecen estar en lucha con las decisiones que queremos tomar. 
Mi opinión es la siguiente: ELIGE SIEMPRE LA PERSONA EN QUIEN TE QUIERES CONVERTIR, esto conectará a los dos (los sentimientos y el libre albedrío),hacia un punto en común que enaltezca nuestra vida en esta difícil prueba. 
Nos permitirá mostrar lo mejor de nosotros mismos y también obtener la mejor respuesta de la vida, que toma en cuenta lo que somos, y no lo que queremos, para darnos lo que nos da. 
Cuando el dolor interno o un fuerte deseo que queremos ver consumado parezcan impulsarnos a manifestar una persona que no queremos ser, podemos elegir, sencillamente, dirigirnos hacia lo que hemos elegido. Y cuando nuestras decisiones parezcan estarnos congelando en la cabeza, pongamos atención en la calidez del corazón y recordemos que alcanzar algo sólo será satisfactorio cuando sacie los anhelos que siente profundamente nuestra persona auténtica… y los de nuestro corazón, que vive y ama.

Tú mejor creación eres tú mismo. Observa siempre en quién te estás convirtiendo y elige siempre en quién te quieres convertir. Elegirás bien.

El Universo fuera de nosotros, y el Creador dentro, nos acompañan en este viaje de descubrimiento y realización.

Vivimos con los dos, nuestros sentimientos y nuestras decisiones. Podemos tener momentos difíciles con ellos, como con todo aquello y todos aquellos con quienes convivimos estrechamente.
Podemos convertirlos en nuestros enemigos negándolos y actuando sin tomarlos en cuenta. Pero también podemos convertirlos en nuestros amigos escuchándolos y honrándolos, a la vez que nos honramos a nosotros mismos. 
Y serán aliados muy valiosos, por su cercanía y su poder, que nos ayudarán a convertirnos en quienes queremos ser y nos llevarán adonde debemos llegar. Tal vez lleguemos a reconocerlos como ángeles leales con los que el Ser Supremos nos hizo acompañar para encontrar el camino y recorrerlo con bien. Ángeles que nos recuerdan quiénes somos y nos acompañan adonde vamos. Una forma que el Creador encontró de acompañarnos constantemente con Magnificencia y Pureza en nuestra constante vida diaria, no siempre majestuosa. Ángeles que también nosotros podemos Amar, como un gesto de que nos reconocemos como parte del Gran Espíritu, que nos Ama profunda y diligentemente.

El Loco
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