miércoles, 23 de marzo de 2016

¡Confía en la Vida!



“Veo dibujos e imágenes
en las más pobres de las chozas
y en los más sucios rincones.”
- Vincent Van Gogh

No juzgues tu dolor demasiado rápido ni con tanta severidad, amigo. Honrar la oscuridad interior no es lo mismo que ‘regodearse’ en ella; y cultivar una verdadera confianza en cada movimiento de la vida no es lo mismo que la auto indulgencia o disfrutar de la 'auto compasión’. Por favor, no hay que malinterpretar.
Tu sueño de un ininterrumpido gozo espiritual es maravilloso, ¡sí! ¡Ama tu deseo por la perfección! ¡Tus fantasías de iluminación son tan dulces y tan adecuadas! ¡Amas la luz! ¡Y quieres brillar! ¡E inspirar a los demás!

Pero reserva un pensamiento para (aquello que ahora llamas) tus imperfecciones. Encuentra un espacio en tu corazón para todos los aspectos indeseables, poco amados y rechazados de tu experiencia. El indigente no es menos santo que el Papa, no es menos digno de bondad. La rancia mierda del perro en la calle es tanto una obra de arte como las relucientes cosas que estás buscando. Hay tanta belleza en las deformidades y en lo sucio, tanta creatividad en el inframundo, tanto poder en los momentos nocturnos. Si nos negamos a sondear las profundidades nos quedaremos con sólo la mitad de la vida, sin importar lo 'iluminados’ que creamos estar. Artistas, músicos, poetas de todas las culturas a través de todas las épocas han entendido esto.

Mira tu vida como una galería de arte, amigo. Abraza todo el espectro de tu experiencia, desde la luz hasta la oscuridad, desde lo sagrado hasta lo profano. Incluye todo en tus oraciones, ilumina todo con la luz de la amorosa presencia consciente. ¡Sé esa presencia consciente! ¡Dignifica todo lo que se manifieste!

Quizás tu dolor está ahí para recordarte la alegría que está a punto de estallar. Tal vez la contracción que estás sintiendo en tu cuerpo está abriéndote camino hacia una gloriosa expansión. Quizás tu frustración sólo quiere frustrarse a sí misma por completo y ser sentida. ¡Tal vez este momento no contenga ningún error! Quizás el alivio que vas a sentir, en su momento, será infinitamente dulce por el hecho de haber sufrido tan profundamente. Tal vez tu sufrimiento te está enseñando humildad, y gratitud, y quietud, y compasión por los demás, y confianza, una inquebrantable confianza en los tan extraños procesos de la vida.

No juzgues tu tristeza, tu depresión, tus sentimientos de fracaso tan precipitadamente, y no juzgues los procesos de los demás, porque en realidad nunca sabes lo que es mejor para cada quién, y nunca sabes realmente más que la vida misma. Eso que rechazas (en los demás o en ti mismo) podría ser en verdad la medicina que más necesitas, un malinterpretado maestro, invitándote a un despertar mucho más profundo de lo que algún día te imaginaste. ¡Podría tratarse de un guardián del umbral, el portero de un reino olvidado!

¡Y, oh, la gloria de una vida completamente sentida!

Y a tus demonios sólo diles: ¡Namasté!
- Jeff Foster

Imagen: 'Iris’, de Van Gogh. Una explosión de belleza exquisitamente dolorosa, pintada un año antes de su transición hacia el infinito.

domingo, 20 de marzo de 2016

La Paz Interior


Hay algo que puedes hacer para ayudar a crear paz en el mundo: ser pacífico. El primer paso es zambullirte en el alma para descubrir qué es lo que te intranquiliza. Al enfocar tu mente hacia el interior, descubrirás, por debajo de las muchas emociones de la vida cotidiana, que sale a la superficie un remanso profundo e imperturbable de bienestar espiritual. 

Necesitas explorar esa parte del ser; no basta con que la comprendas, sino que debes experimentarla una y otra vez. Es una experiencia muy satisfactoria que refresca el alma y la llena de paz. Desde esta posición privilegiada resulta fácil reconocer los pensamientos u sentimientos autodestructivos. El poder de la realización personal transformará como por ensalmo esos hábitos mentales destructivos. Dejarás de culpar a los demás por tu intranquilidad, y progresarás en tu tarea de cultivar tu verdad.
 
La paz está compuesta de muchas cosas: amor, paciencia, sabiduría. No debes contentarte con un poquito de ella, sino llénate completamente. A medida que te esfuerces por llevar paz a tus relaciones con los demás, tu misma naturaleza se hará pacífica. Esto será beneficioso no sólo para ti mismo, sino también para todos los que te rodean. Y de este modo ayudas a transformar el mundo. No basta con que seas pacífico: debes irradiar paz y crear una atmósfera apacible mediante tus pensamientos y palabras en las relaciones con los demás.

El nuestro es un mundo sin paz. Sólo cuando realmente hagas tuya tu religión de paz, puedes confiar en traer paz al mundo. 


Extracto del libro:
COMPAÑERA DE DIOS
Dadi Janki
Vía Bhrama Kuamaris

Liberación de Tendencias Recurrentes

 
Llamamos “tendencias recurrentes” a todas aquellas tendencias personales que van en detrimento de nuestra identidad y suceden recurrentemente. Al decir identidad, nos referimos a nuestra auténtica naturaleza, aquella con la que nos sentimos identificados y no supone ningún conflicto con nuestras emociones, ideales, opiniones… En este caso, se trataría de ir afines a nuestra auténtica realidad profunda, de forma que nos realicemos a cada paso desde nuestra más genuina identidad, reafirmándonos en nuestra naturaleza más pura, en la Verdad de quienes Somos.

Sin embargo, es común que a lo largo de nuestras vidas nos sucedan cosas que, aunque tal vez nos pasen desapercibidas en su momento, representen el estímulo de situaciones o comportamientos que, a partir de este momento, iremos arrastrando toda nuestra vida, preguntándonos: ¿por qué yo, cada vez que… siempre me sucede como consecuencia…? (y eso me hace sufrir).

¿Eres de esas personas que siempre que confían en una persona, ésta les traiciona? ¿Te sucede que cada vez que tienes una nueva pareja, te trata de modo que te hace sufrir, por ejemplo, te engaña o te menosprecia? ¿Te aterra hablar en público?…


Este sistema de sanación trata de liberar “eso” negativo que parece que nos pasa siempre ante una situación o actuación concreta, a lo que parecemos estar abocados y nos hace daño.
La persona a la que le sucede “eso” no eres Tú. “Eso” que parece que forma parte de ti, o de tu suerte, es algo que surgió en un momento dado para que pudieras sobrevivir en un determinado entorno o situación.

Tu naturaleza genuina no lleva incorporada esta tendencia, pero en algún momento algo sucedió que provocó que fuera necesaria una actitud específica para poder formar parte de algo a lo que creíste pertenecer. Las personas involucradas con este entorno te dañaron, de forma que tú, para permanecer formando parte de “aquello” adoptaste una actitud concreta a través de la cual ya lograbas sentir que tenías cabida.
Estas tendencias suelen haber sido creadas de niños, es por eso que lo más frecuente es encontrar el punto de partida en las figuras de los padres, aunque también cabe la posibilidad de encontrarla en personas aparecidas posteriormente. Cuando más pequeña en edad es la persona que adopta una tendencia recurrente, más enquistada está y, por lo tanto, más trabajo cuesta sacarla. En estos casos es posible tener que hacer varios ejercicios de liberación de la tendencia, puesto que al ir investigando en nuestra memoria emocional, solemos encontrarnos no sólo el punto de origen, si no también situaciones que, a lo largo de nuestra vida, han ido afianzando esta tendencia en diferentes situaciones. En todo caso, es bueno saber que, tras cada ejercicio, la tendencia se va debilitando, hasta finalmente lograr liberarse completamente. Es decir, cada vez que trabajes en ello, lograrás resultados irreversibles.

Algunos ejemplos de “Tendencias Recurrentes”:
  • Un padre humillaba siempre a su hija, entonces ella, dado que sentía que el lugar emocional al que pertenecía era “ser su hija”, aprendió a mostrarse inferior de lo que realmente era. Se humillaba ella sola para ser aceptada. Finalmente, atraía parejas que le permitieran seguir con su papel de víctima, es decir, personas violentas que la menospreciaban.
  • Un niño se sentía inferior a su hermano, porque él era más inteligente, entonces el primero adoptó la actitud de mentir para hacerse interesante, con lo que nadie le creía nunca. Finalmente, adoptó una pose de mentiroso, y atraía personas más inteligentes que descubrían sus mentiras, afincando así en su identidad la tendencia de mentiroso, y las experiencias siempre le mostraban que era inferior a los otros.
  • Le decían de adolescente, en casa, que nunca encontraría pareja, porque era muy gordo, entonces cada vez que conocía a alguien que le gustaba, tendía a comer indiscriminadamente debido a la ansiedad de volver a dar esa imagen, con lo que engordaba, y lograba reproducir en cada intento la realidad que había ingresado en su identidad.
  • Su madre le apabullaba hablando cuando ella quería decir algo, y cuando la niña conseguía expresarse, la interrumpía siempre y se mofaba de lo que había dicho, aún con otras personas delante. Finalmente, esta niña desarrollo tartamudeo y pánico escénico.
  • Un niño con mucha creatividad creció junto a una figura paterna que constantemente bloqueaba sus impulsos creativos. El impulso interno de este niño era pegarle, pero sabía que no podía. Finalmente, generó una tendencia a los tics nerviosos.
  • Cuando era niña y se disgustaba, su madre, lejos de servirle de consuelo, apoyo y alivio, le amenazaba si lloraba, y si no podía parar, le pegaba. Cuando sentía alegría, mostraba una ira irrefrenable y le impedía llevar a cabo aquellos proyectos que le provocaban su felicidad. Finalmente, encontró un hombre egoísta y carente de empatía, junto al cual tendría que reprimir sus vivencias emocionales internas, en lugar de darse el placer de compartirlas, porque él se las castigaba emocionalmente.
 Vamos a trabajar con la liberación de “eso que no eres tú”, y sin embargo “actúa a través de ti”.

  Ejercicio de Liberación de Tendencias Recurrentes:

Busca una postura cómoda. Te puedes tumbar. Respira profundamente varias veces, mientras te adentras con tu mente y tus emociones en la identidad con la que quieres trabajar. Y rememora “esa” tendencia de “ti” que surge recurrentemente y deseas eliminar.

Los pasos para este ejercicio son:

- Identificar esa situación recurrente que no nos deja avanzar.

- Re-conocer (darse cuenta) que fue creada por nosotros mismos, para cubrir una necesidad. En ese momento de creación la necesitábamos para “sobrevivir” (en un entorno concreto, ante una ilusión concreta, como protección de una amenaza psicológica…).

 - Desgajarla de quien “yo soy”, desinvolucrarla de nosotros y plantarla ante nuestra consciencia.

Hurgar en el punto de partida (cuando fue imprescindible para sobrevivir), y trabajar a fondo con todos los recuerdos a nivel de sentimientos, miedos, necesidad de apoyo,… que nos hizo crear esa “identidad” de nosotros mismos, con el fin de acoplarla a un puzle en el que nosotros, tal cual éramos genuinamente, no teníamos cabida.

Viajar desde el momento en que fue necesaria esa identidad a través de todo el recorrido en que nos fue acompañando, en nuestra vida, imponiendo su presencia, privándonos de tantas posibilidades de vivir en consonancia con quienes “sí” somos aunque estábamos obstruidos por ella.

Reconocer a esta identidad que..
  1. La creamos nosotros mismos.
  2. En el momento de su creación cumplió una función imprescindible para nosotros.
  3. Ya no la necesitamos. Ahora esta energía que la compone puede volver al todo, a su origen. Ya cumplió su misión. Estamos agradecidos, pero nos tenemos que despedir de ella.
  4. Elevarla hacia nuestro Ser Superior y sentir cómo ya no es parte de nosotros (es normal sentir una especie de sensación de desamparo, de añoranza -ahora nos hemos quedado un poco solos-).
  5. Sentir “quién se es” liberado de esta identidad.  
¡Sé quien Eres!.

Autora: Graciela Bárbulo
Extracto del libro "Mundos de Éter"
www.gracielabarbulo.com