sábado, 3 de junio de 2017

Ya basta…


Nos preocupa tanto demostrar que ya no somos: parecemos.
Nos exponemos de forma tan calculada al mundo que perdemos la magia y la esencia… Estamos tan pendientes de si los demás nos cuestionan o de si nos dejan en ridículo que nos concentramos poco en nosotros… Y luego culpamos al mundo por no llegar, cuando en realidad es responsabilidad nuestra por buscar fuera lo que está dentro. Por esperar que nos aprueben y nos acepten cuando antes ni siquiera nos hemos aceptado y aprobado nosotros. 
Mientras te preocupas por aparentar no eres tú y eso te hace perder combustible, perder comba, delegar tu éxito en otros y dejar en manos de la suerte lo que en realidad es fruto de un trabajo… Nos bloqueamos a nosotros mismos porque estamos esperando a ser una versión más aceptable para darnos a conocer, cuando en realidad ya somos nuestra mejor versión esperando ocupar su lugar…
Mientras no eres tú mismo, perdido en parecer e ir dando zascas a los que te inoportunan, pierdes un tiempo valioso para crecer y aprender.
En realidad todo depende de ti y de tu confianza… Sin embargo, nos desalienta tanto no parecernos al molde que otros en su afán de ser mediocres han creado que nos rebajamos para encajar en él.
Nos recortamos las alas para no volar tan alto y no hacer sombra…
Nos apaciguamos el entusiasmo para luego no sufrir decepciones…
Nos achicamos los sueños porque primero nos hemos achicado a nosotros mismos… Y todas esas restricciones están en nuestra mente.
Ya basta de pensar que no merecemos. Basta de sentirnos indignos y de creer que para llegar hay que sufrir y alejarnos de la felicidad porque tenemos esa sensación heredada de que si tenemos un momento dulce, un dios vengativo nos va a castigar…
No hay castigos, ni culpas… Las inventamos  porque no vemos nuestra grandeza. No necesitamos nada de todo eso, sólo soltar y seguir andando. Sólo hay miedo a ser uno mismo y no parecerse el resto del mundo… Por eso, nos imaginamos pequeños y vivimos en una vida de casa de muñecas…
Nos creemos indignos de amor y en consecuencia la vida nos acerca amores diminutos para que nos quede claro que no son los amores que merecemos, para que aprendamos a querernos, para que descubramos que nuestro valor es incalculable y no depende de lo que piensen y opinen los demás…
Nos sentimos culpables por no ser como son otros y nos castigamos cada día cerrándonos puertas y gastándonos las bromas más pesadas… Nos apartamos de lo bueno que nos depara la vida porque no lo aceptamos, porque no permitimos que llegue… 
Ya basta de creer que otros sí y nosotros no. Estamos hecho de la misma sustancia maravillosa… Somos polvo de estrellas reciclado para brillar y apagamos nuestro brillo buscando excusas para no mostrarnos y viendo el horror antes que la belleza.
Basta de firmar en la casilla equivocada y aceptar pertenecer a una casta inferior y desheredada… Todos podemos salir del laberinto porque nosotros creamos el laberinto para entretenernos y alejarnos de lo que amamos cuando nos sentíamos diminutos y culpables… Ahora ya sabemos que merecemos lo mejor y podemos permitirnos abrir los brazos para que llegue…
Basta de no permitirnos subir al tren y besar el destino que deseamos.
Basta de sobrellevar angustias cuando nos toca vivir a rienda suelta.
Aunque suponga decidir y tomar caminos oscuros… Aunque tengamos que elegir no tomar frutas amargas para desayunar como es costumbre en nosotros y decidir arriesgarnos a probar otro menú… A veces, nos acostumbramos a lo amargo y cuando somos libres, nos cuesta soltarlo… 
Devoramos tanto dolor por rutina, por no cambiar ni confiar… Tragamos angustia como una medicina necesaria para expiar culpas y redimir pecados que no existen…
Pensamos que debemos pagar cara la osadía de imaginar que todo puede ser maravilloso para nosotros… Que la felicidad tiene un precio… Creemos que si nos preocupamos, estamos pagando el peaje para que todo salga bien ¿verdad? Y luego resulta que esto va al revés… Macabra ironía de la vida… El único precio a pagar por vivir como deseas es el compromiso contigo mismo… Tomar decisiones y atreverse, asumir la incomodidad de ser tú cuando el resto del mundo te pide que desistas. 
A veces, sufrimos ahora por no sufrir después… Y luego llegamos al después y descubrimos que era un lecho de rosas, pero no podemos disfrutarlo porque acumulamos tanto dolor y desánimo por el sufrimiento acumulado que tenemos el alma hecha jirones y la mente loca de buscar salidas que nosotros mismos nos bloqueamos…
Esa es la palabra, bloqueo. Nos bloqueamos lo hermoso porque nos sentimos horribles, feos, sucios… Nos bloqueamos el éxito porque olvidamos nuestro valor, nuestra capacidad de aportar y servir a otros a descubrir su valor…
Bloqueamos la felicidad por si llega y luego se va y el trance es tan amargo que no conseguimos volver a quedar dormidos y anestesiados y vivir de nuevo este sucedáneo de vida en el que estamos inmersos donde nada es de verdad pero no te tienta la esperanza…
Bloqueamos la vida por si nos gusta tanto que nos acostumbramos a ella y luego no sabemos vivirla desde la mediocridad en la que nos hemos sumergido. Lo hacemos para no sufrir demasiado cuando se acabe “lo bueno” mientras sufrimos de forma controlada por no ser nosotros mismos y volar tan alto como nos apetecería…
Ya basta de quedarse a un palmo de la gloria por si molesta a otros que no tienen previsto moverse.
Ya basta de no levantar la mano y decir aquí estoy por si te miran y piensan ¿Tú, de verdad?.
Basta ya de aceptar chantajes de los que no se atreven para que no te atrevas y abandones esta especie de cueva en la que vivimos a tientas y tragamos lo que toca sin rechistar…
Basta de buscas excusas y delegar responsabilidades para no tener que hacer lo incómodo, lo complicado, lo que hemos dejado pendiente para el día en que decidamos vivir.
Basta de pensar que dependemos de otros, que no hay más remedio, que no está hecho para nosotros, que nos viene grande, que nos queda lejos, que es complicado, que cuando lleguemos no habrá…
Basta de no amarnos suficiente y esperar que otros vean en nosotros lo que nosotros no somos capaces de ver… El amor es el principio de todo. La primera piedra de tu gran fortaleza.
El cielo no son esas nubes negras que nos acechan, es lo que está detrás cuando conseguimos apartarlas… Nosotros dibujamos las nubes negras cuando nos negamos a nosotros mismos y dejamos de confiar en nuestro potencial. Ya basta de ignorarlas y reprimirlas, de mirar al otro lado pensando que marcharán sin que reflexionemos sobre ellas y sintamos qué significan. 
No existe el problema. Lo hemos creado nosotros porque pensamos y sentimos que merecemos un problema, porque estamos convencidos de que no llegaremos… Nosotros construimos el muro que nos separa de lo que soñamos a base de imaginarlo, de creer que existe, de sentirnos separados de lo que deseamos y no confiar en lo que realmente somos… La verdad es que tú eres tu sueño y tu peor pesadilla, la persona que construye la jaula en la que te sientes preso y la que tiene la llave para abrirla y la capacidad de borrarla… Quien se dice que no y cierra la puerta.
Eres el muro que te separa de la vida que sueñas. Asume tu poder para cambiarlo.
El único obstáculo somos nosotros mismos siempre. Lo ponemos ahí para aprender algo justo antes de saltarlo y hacernos aún más enormes… Cuando apartemos nuestras dudas, el camino se abrirá. Cuando dejemos de imaginar que está lejos, nos daremos cuenta de que está muy cerca.
Y a las nubes negras hay que mirarlas de frente y abrazarlas, comprenderlas, saber su por qué y descubrir cómo atravesarlas… Son el regalo, la adversidad a superar, el aprendizaje que nos catapultará de forma inevitable a esa vida que deseamos vivir. 

Merce Roura
https://mercerou.wordpress.com 



viernes, 2 de junio de 2017

PROMOVIENDO LA CALMA


Recomendaciones Ayurvédicas para reducir la ansiedad y regresar al equilibrio

Vivimos en un mundo en el que el ritmo de vida es cada vez más acelerado y donde el estrés es parte del día a día. El estrés es una estrategia de adaptación muy necesaria del cuerpo y de la mente que nos ayuda a afrontar cualquier situación que percibimos como un obstáculo o amenaza cuando tratamos de satisfacer nuestras necesidades. 

No olvidemos que el estrés puede ser considerado como positivo o negativo, ambos generan cambios en nuestro entorno ante los cuales el sistema nervioso tiene que adaptarse. Algunos ejemplos del estrés positivo pueden ser: enamorarse, casarse, tener un hijo, empezar un proyecto nuevo y del negativo: estar atorados en el tráfico, un divorcio, presentar un examen, olvidar nuestra cartera o celular en algún lugar.

Ya que el estrés no es siempre negativo, es una respuesta que puede ayudarnos a salir de nuestra zona de confort y que nos motiva a alcanzar metas y a estar más alertas, e incluso a sobrevivir en una situación de peligro. Sin embargo, el problema del estrés hoy en día es que mantenemos el botón de estrés encendido continuamente y no le damos tiempo al organismo de regresar al equilibrio llamado homeostasis y así recuperarse.

Cuando activamos esta respuesta de estrés constantemente en situaciones que no atentan contra nuestra vida, las presiones, las demandas y los retos empiezan a exceder nuestra habilidad de adaptación y empezamos a crear el terreno fértil para lo que llamamos “semillas de enfermedad” las cuales vamos plantando diariamente hasta que el cuerpo y mente se salen del estado ideal de equilibrio creando enfermedades crónicas como trastornos de ansiedad, insomnio, hipertensión, diabetes, adicciones etc…

El Ayurveda es un sistema de salud basado en la conciencia y es una de las ciencias médicas más completas y antiguas del mundo, que nos brinda herramientas invaluables para manejar la ansiedad y el estrés en nuestra vida. 
Esta ciencia establece que la salud es más que la ausencia de enfermedad en el cuerpo físico, es mas bien un estado de equilibrio vibrante en todas las capas o dimensiones de nuestro ser: física, emocional,espiritual y también nuestro entorno.

Según el Ayurveda existen 3 constituciones o biotipos principales (Vata, Pitta y Kapha), como resultado de la combinación de los 5 elementos (tierra, agua, aire, fuego y espacio) a los que llamamos doshas, los cuales regulan diversas funciones en nuestro organismo. Cuando estos elementos se salen de su estado de equilibrio, la salud física y emocional se ven comprometidas.
En el Ayurveda tanto la ansiedad como el miedo que se originan en la mente, son considerados un desequilibrio de los doshas, en el cual generalmente un exceso de Vata o viento se acumula en el canal de la mente que regula el sistema nervioso.

A continuación revisaremos una serie de herramientas que nos ayudarán a lograr mantener el equilibrio, quitando las causas de la ansiedad que pueden tener su origen en el estilo de vida, rutina, alimentación o patrones mentales negativos.

Estilo de vida:
Tener una rutina diaria es una medicina potente particularmente para la ansiedad cuando tratamos de equilibrar el exceso de Vata. La rutina tiene el poder de brindar estabilidad a nuestro sistema. Pequeñas acciones de cuidado hacia nosotros mismos diariamente
nos permitirán mantener el equilibrio en medio de cualquier situación que se presente en nuestra vida. Mantener la calma en medio del caos.
Hay que empezar con algunos ajustes sencillos como:
• Despertar y dormir a la misma hora cada día.
• Hacer nuestras 3 comidas a la misma hora del día.
• Realizar ejercicio moderado como caminatas en la naturaleza, tai chi o yoga nos ayudará a recuperar la fuerza vital y calmar el sistema nervioso.
• Tener un sueño reparador es esencial para ayudar a nuestro organismo a recuperarse de las experiencias del día.
• Observar diariamente nuestros patrones mentales negativos y empezar poco a poco a cambiarlos por algunos hábitos nuevos más saludables como repetir afirmaciones positivas, elegir el optimismo sobre el miedo o pensamientos de fracaso, escuchar música relajante o de mantras.

Dieta:
Para reducir la ansiedad es recomendable empezar una dieta que nos ayude a equilibrar el dosha Vata en nuestro cuerpo y mente.
• Es recomendable elegir siempre una dieta rica en alimentos de preferencia orgánicos, de la temporada y llenos de vida, eliminando los alimentos procesados, enlatados y recalentados.
• Limitar los alimentos fríos como ensaladas y vegetales e incrementar los alimentos y bebidas calientes como sopas, caldos o tés.
• Minimizar las bebidas y alimentos estimulantes como el azúcar y la cafeína ya que incrementan y desequilibran el sistema nervioso.
• Realizar nuestro desayuno, comida y cena a la misma hora cada día, haciendo nuestra comida principal a medio día.

Meditación:
La meditación es una herramienta invaluable para el manejo del estrés y la ansiedad. Cuando meditamos accedemos a un espacio conocido como conciencia relajada o en reposo donde experimentamos una sensación de paz y relajación profunda. Al practicarla
de manera constante, poco a poco logramos integrar este estado de paz en nuestras actividades cotidianas lo que nos permite manejar cualquier situación con más creatividad, paz y ecuanimidad. La meditación y la oración tienen el poder de ayudarnos a crear patrones nuevos en la mente ayudándonos a cambiar nuestra respuesta habitual incluso en las situaciones más difíciles de la vida. La meditación “So Hum” es una práctica sencilla pero muy potente que nos ayuda a equilibrar el exceso de Vata en los canales sutiles de nuestra mente y aliviar la ansiedad. Siéntate cómodamente con los ojos cerrados y lleva la atención a tus respiración. Al inhalar repite en tu mente “So” y al exhalar “Hum” y cada vez que tu mente se distraiga con algún pensamiento o sonido en el ambiente, regresa suavemente tu atención al mantra.

Yoga:
El yoga no es un deporte competitivo, es una meditación en movimiento la cual tiene como propósito principal la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. Nos ayuda a mover el prana permitiéndonos disipar la tensión y bloqueos en el cuerpo y la mente. Una práctica constante de Hatha yoga, principalmente posturas de inversión como la postura de niño, perro boca abajo o montaña nos ayudan a liberar el exceso de Vata en el cuerpo y a calmar el sistema nervioso.

Pranayama:
Paranayama significa el control o disciplina de la fuerza o la respiración vital la cual está totalmente vinculada con la mente. El control de nuestra respiración o pranayama activa y equilibra los canales sutiles más importantes incluyendo los mano maha srotas o los canales de la mente, por lo tanto es una de las técnicas mas importantes para reducir la ansiedad y sus síntomas. Cuando sentimos ansiedad la respiración tiende a ser rápida y superficial lo que impide a nuestro cuerpo recibir y absorber el prana o la fuerza vital dejándonos una sensación de cansancio e intranquilidad en la mente. Existen varios ejercicios o técnicas de pranayama, una práctica sencilla se puede realizar sentándonos cómodamente en un lugar tranquilo y llevando la atención a la respiración sintiendo como se expande nuestro abdomen al inhalar y se contrae suavemente al exhalar. Repetir este ejercicio por 5 minutos nos ayudará a reducir los síntomas de la ansiedad.

Aromaterapia:
El olfato es uno de los sentidos que nos conecta con nuestras emociones, memorias e instintos primarios. Los aromas pueden estimular el poder de sanación interior. Colocar unas gotas de aceite esencial de lavanda, geranio, vainilla o clavo en un difusor en la oficina o casa puede ayudarnos a equilibrar el exceso de Vata en la mente.

Abhyanga o masaje ayurvédico:
La piel es un portal a la farmacia interna que libera químicos sanadores. El auto masaje diario (auto-abhyanga) con un aceite de ajonjolí o almendras tiene los siguientes efectos: 
Desintoxicar los tejidos
Calmar la mente
Estimular la función inmunológica
Espero que estas recomendaciones puedan ayudarte a recuperar el equilibrio y la salud.
Recordando al Dr. David Simon co fundador del Centro Chopra
"La salud es el retorno a la conciencia de unidad"

Bendiciones Infinitas
Namaste

Adriana Esparza
The Chopra Center
https://choprameditacion.com

jueves, 1 de junio de 2017

CÓMO SUPERAR TU ANSIEDAD

A muchas personas, en especial a los hombres, no les gusta admitir que sienten ansiedad.


A muchas personas, en especial a los hombres, no les gusta admitir que sienten ansiedad. No obstante, en la vida real, todo  mundo pasa por momentos de angustia. La exigencia de cumplir con fechas de entrega y cuotas en el trabajo puede desencadenar estrés y, cuando estamos estresados, el cerebro ordena que se liberen las hormonas del estrés que provocan dos reacciones: pelear o huir. Por lo tanto, estamos diseñados químicamente con una mezcla de valentía y miedo. La ansiedad es una opción biológica en todos, ya se trate de aquellos que sobresalen por su ánimo guerrero o de  los que quieren pasar inadvertidos. 

El primer paso para controlar la ansiedad es que admitas que no tiene nada de malo sentirse ansioso; el problema es cuánto estrés experimentas y cuándo lo haces. Hay tres estados de ansiedad que debemos tener cuenta:

Intermitente y temporal
Éste es el estado biológico normal, cuando algo nos genera ansiedad por unos minutos u horas y transcurrido este tiempo, el sentimiento desaparece. Nuestros cuerpos están diseñados para lidiar con estos periodos de ansiedad sin que nos demos cuenta. Sin embargo, cuando ocurre un acontecimiento que nos genera enorme ansiedad, como perder el empleo o pelear en un campo de batalla, el sistema se pone a prueba. 

Sobrecarga de ansiedad
Cuando un acontecimiento es demasiado estresante, el cerebro se siente abrumado y es más difícil recuperar el equilibrio habitual. La gente que se ha quedado sin empleo durante un largo periodo de tiempo puede caer en depresión y los soldados que han estado en combate desarrollan trastorno por estrés postraumático.

Ansiedad crónica de bajo nivel
También se conoce como ansiedad de flotación libre, y se trata de una experiencia continua de miedo o inquietud, que algunas veces se convierte en ataques de pánico que se presentan sin que haya un motivo aparente. Su gravedad varía de persona a persona. Algunas personas tienen personalidades ansiosas y en ellas la preocupación crónica es una costumbre  establecida. Otros se sienten ansiosos durante momentos difíciles de la vida, como un embarazado o la universidad.

Pensando en estas tres opciones, la ansiedad temporal puede ser alarmante, pero desaparece por sí misma. La sobrecarga de ansiedad requiere tratamiento médico y psicológico profesional. La ansiedad crónica no tiene opción. Algunas veces cuidar de nosotros mismos ayuda mucho, mientras que en otros casos millones de personas con ansiedad toman tranquilizantes recetados por un médico. La desventaja es que este remedio rápido sólo alivia los síntomas sin atender las causas.

Cuidarse es la mejor opción para cualquiera que sienta ansiedad de leve a moderada, ya sea que un acontecimiento específico la haya desatado o no. A continuación aparecen los pasos más importantes del cuidado de uno mismo que hay que tomar.

Siete pasos para enfrentar la ansiedad

1. Reconoce que sientes ansiedad y di a las personas que te rodean lo que ocurre.

2. Busca a un amigo o familiar que haya experimentado ansiedad y la haya superado. Haz de esta persona tu confidente y fuente de empatía.

3. No ignores tu ansiedad; esconder la ansiedad en tu interior sólo la hará más fuerte. La ansiedad busca alivio y no descansará hasta encontrarlo.

4. Duerme bien, ocho o nueve horas diarias. Tal vez esto sea difícil, porque los pensamientos ansiosos tienden a aumentar durante la noche. Aquí es donde ayudan los ejercicios de meditación y relajación. Prueba algún producto natural para dormir si tu ansiedad te provoca un insomnio que te hace sentir exhausto durante el día. Si eso no funciona, tal vez quieras probar algún producto que se venda sin receta médica y que te ayude a dormir. Asegúrate de comenzar con media tableta y úsalo con moderación en lugar de convertirlo en una necesidad o incorporarlo a tu ritual habitual para dormir.

5. Atiende el estrés en tu vida con seriedad. La ansiedad es una consecuencia muy cara por vivir bajo presión constante. Para la mayoría de la gente, la ansiedad es un signo de que la respuesta al estrés es excesiva. Intenta reservar tiempo de cada día para estar solo y tranquilo, para meditar y caminar en la naturaleza.

6. Evita el alcohol y el tabaco. La gente recurre a estas sustancias para ayudar a olvidarse de la preocupación y el nerviosismo. En última instancia, ambas sustancias contribuyen con el problema en lugar de resolverlo.

7. Haz que la relajación mental sea tu principal meta y recurre a una gran variedad de tácticas, como desarrollar un pasatiempo, meditar y retiros donde hagas un voto de silencio. Experimenta la quietud de la mente como tu estado natural.

Una vez que hayas comenzado a controlar tu ansiedad, puedes usar un mantra para combatir el miedo cuando se vuelva muy real. Este es el principal problema para la mayoría de la gente que no puede dejar ir la ansiedad, el nerviosismo y la inquietud: creen en el mensaje que les manda la ansiedad. En su cabeza, se generan pensamientos que les dicen: "Esto va a salir mal", "Algo terrible está a punto de pasar" y "Nunca podré con esto". Los actores que sufren pánico escénico tienen todos estos pensamientos, pero salen al escenario y su actuación es maravillosa.

Eso es porque el miedo no les dice la verdad; sólo los convence, que no es lo mismo. Así que cuando tengas un pensamiento ansioso, usa el mantra "No me consta que esto sea verdad". La verdad es que ahora estás bien. En otras palabras, cambia ese sentimiento ansioso que tienes sobre el pasado o el futuro por la lógica de que estás bien en este momento. De esta manera, tu cerebro aprenderá una nueva forma de enfrentar las dificultades. Si ahora tu mente está acostumbrada a creer en las señales de miedo, que son mecánicas, puedes entrenarla para que analice cada situación de manera realista en el presente. Todas estas tácticas han ayudado a un sinnúmero de personas a contrarrestar la ansiedad y pueden ayudarte también. 

Dr. Deepak Chopra
https://choprameditacion.com