viernes, 11 de agosto de 2017

5 señales de agresividad encubierta


En materia de agresiones, se destacan dos clases básicamente: la abierta y la encubierta. En el primer caso (agresividad abierta), el comportamiento agresor se da de manera directa y palpable: es evidente a todas luces.
En el segundo caso (agresividad encubierta), el comportamiento agresor se da de una manera más sutil, oculta o, en otras palabras, camuflada y engañosa; es decir, conlleva un importante grado de manipulación.
Hay tres venenos primordiales: la pasión, la agresión y la ignorancia.
                                                                  Pema Chödron
La diferencia esencial entre una y otra, radica en la forma como se manifiestan las verdaderas intenciones de la persona causante del acto agresor. Enseguida te mostramos cinco de las señales que te permiten identificar la agresividad encubierta

1. La mentira: cuando la verdad “nos queda grande”



Es quizás la modalidad más evidente de agresión encubierta, la manera más común de violentar a otra persona, por el hecho de falsear, en mayor o menor grado, alguna verdad que atañe a ella.
Si se oculta algo a alguien, bien sea diciéndolo o callándolo, es quizás por el temor o el deseo de no querer enfrentar una realidad. Esto, se presume, sin el permiso o el consentimiento dela otra persona, con lo cual se le está agrediendo, de manera grave o leve, según sea la dimensión de la mentira.
De ahí que cuando se conoce la verdad, normalmente lleva a un conflicto, con lo cual se descubre que efectivamente existía una agresión. De otro modo, no habría lugar a malentendidos.
En este se refleja que hay ocasiones en las que la verdad es más grande que nosotros mismos y termina por doblegarnos. Esto es un círculo vicioso que regula un sinnúmero de relaciones sociales y poco a poco las deteriora, incluso, hasta consumarlas.

2. La culpabilidad: ser “víctima” de sí mismo

Es cuando nos ponemos en el papel de“víctima”, en cualquier situación de conflicto. Sentimos o queremos sentir que, verdaderamente, somos objeto de una “injusticia”, la cual se origina en la otra persona o en el grupo de personas involucradas en la disputa.
Es un modo típico de evadir nuestra responsabilidad, puesto que, al colocarnos en un contexto de indefensión y desamparo, la única vía que vemos posible para “ganar” la contienda, es introducir el sentimiento de culpabilidad; una culpabilidad que termina siendo más contundente que los mismos hechos.
El lema o el guión es: al mostrarme, consciente o inconscientemente, como un “sacrificado” de las circunstancias, las demás personas sentirán compasión de mí y me complacerán hasta los más tontos caprichos.
Paradójicamente, el más débil pasa a ser el más fuerte: se hace más fuerte en su debilidad, que el fuerte en su fortaleza. Hacer sentir culpa, evidentemente “funciona”; y es una forma encubierta de agredir a otros, ya que se les manipula.

3. Avergonzar: utilizar el poder para minimizar a otros




Es cuando minimizamos la esfera o la condición humana de alguien, quizás con el fin de sentirnos más que los demás o de ridiculizar a otra persona, ocultando el posible rechazo o rencor que se siente por ella. Es un poder soberbio ejercido sobre una debilidad, error o deficiencia.
Porque siempre que avergonzamos a otra persona pasamos por encima de ese alguien, de manera agresiva y hasta aplastante. Lo anterior, bien por motivos de una necesidad de sentirnos mejores que los demás, o bien por razones de un rechazo hacia esa persona. Inclusive, en varias ocasiones, por ambos motivos.
Por ejemplo, cuando se ridiculiza a alguien en público, burlándose de esa persona, se puede hacer parecer como una simple broma, pero quizás el verdadero trasfondo de las cosas puede ser mucho mayor: la real intención puede ser pasar por encima de ese alguien para agredirlo sustancialmente.

4. Seducir: la falsedad de “jugar” con el ego propio y el ego ajeno



Es cuando adulamos o impresionamos a otras personas para conseguir nuestros objetivos: nos valemos de cualquier debilidad, por lo general relativa al ego de un individuo, para conseguir cualquier tipo de propósito.
La agresión está, no en los eventuales detalles “bonitos” que podamos tener con alguien, sino en “jugar” con los sentimientos de otra persona para disfrazar una determinada situación, con el objeto de lograr un fin oscuro o egoísta.
Es entrar en la “ambivalencia” del ego propio y del ego ajeno, puesto que muy probablemente parto de una mentira, que la otra persona se cree de algún modo; o incluso, parto de una supuesta verdad, que el otro sobredimensiona.
Sin duda, un “juego” absurdo que no prosperará y en el cual ambas personas perderán. Obviamente, la agresión encubierta viene dada, de nuevo, por la intención, la manipulación y, en consecuencia, por el hecho de utilizar a las personas como si fueran objetos o medios para lograr cualquier finalidad.

5. La ausencia: cuando estando, no estoy

En este último caso, aunque la persona está presente físicamente, mental, cognoscitiva o emocionalmente, parece estar lejos de la situación objeto de conflicto, en un evidente comportamiento de “todo me importa nada”; es decir, “puedes irte con tus opiniones o reclamos a otra parte”.
Esta conducta se ve reflejada, entre otras actitudes, en el silencio, en mirar a otras partes y no a la persona directamente, en el fastidio de escuchar y atender a lo que me están diciendo, o simplemente en responder con frases muy cortas, poco dicientes y sin argumentos, al asunto objeto de controversia.
Finalmente, en este escenario de las agresiones encubiertas, vale decir que la conducta de un “buen manipulador” jamás será obvia. Y que quien manipula, algo esconde; y algo necesita, que no puede o no quiere lograr por sus propios medios.

Edith Sánchez
Imágenes cortesía de Jennifer Healy
https://lamenteesmaravillosa.com

jueves, 10 de agosto de 2017

Eliminando la programación subliminal de nuestro subconsciente


En múltiples ocasiones hemos hablado del poder del simbolismo sobre la psique humana, y soy consciente de que tendemos a pensar qué, por mucho que lo sepamos o nos lo expliquen, nos suena a muchos a conocimiento enrevesado con palabras abstractas, y que se arraiga y manipula nuestra mente de forma que solo nos es medianamente comprensible. En muchos casos, nos quedamos con que suena a algo que es interesante saber, pero (por lo leído en los comentarios de otros artículos) decimos algo tipo: “entiendo que me están manipulando a través de los símbolos, subliminales y demás, pero no creo que puedo hacer nada al respecto, ya que trabajan con un nivel de mi psique al cual yo no tengo acceso”. Vamos a ver hoy que esto no es del todo correcto, y que podemos desprogramar en nosotros mismos aquello que los símbolos y mensajes subliminales están intentando instalar, y que podemos eliminar la programación imbuida por estos para que no pueda activarse.
Si queremos que el simbolismo del suelo cuadriculadoel huevo, o la señal de stop que todos obedecemos cuando vamos conduciendo (que es un símbolo en 2D de un hípercubo en 4D que imbuye la orden “obedece”) no imbuyan ni afecten nunca más a nuestro subconsciente, debemos dar ciertas órdenes al mismo para que así sea. Para ello, necesitamos comprender cómo estas órdenes llegan a la mente, y contraprogramarla para que dejen de hacerlo, o se borren diariamente.
Entender como se reciben para poder eliminarlos
El primer paso es comprender cómo se recoge la información desde nuestros sentidos, pasando a la mente pre-consciente, de ahí analizada, y lo que es necesario tener presente, reenviado a la esfera mental consciente para ser operado y racionalizado y, el resto, reenviado a la esfera mental subconsciente para ser almacenado, archivado y usado por otras partes de nosotros o como repositorio de información para otros procesos que no son los básicos de la gestión mental del día a día. La conferencia del año pasado sobre la psique del ser humano entró a fondo en estos temas.
Los conceptos y arquetipos imbuidos por subliminales o símbolos, al ser una información que no es entendible por la mente consciente, pasa siempre directamente de la esfera preconsciente a la subconsciente, donde se ponen a hacer su trabajo sabiendo que el centro intelectual (aquí tienes un repaso de los centros de control) no las va a pasar por su filtro ni analizar para desmenuzar y tratar de ver si tiene sentido lo que está recibiendo y si necesita bloquearlo, ejecutarlo o borrarlo, ya que no entiende lo que se ha introducido, al no estar en su lenguaje, y, por lo tanto, da directamente el visto bueno para que el subconsciente se encargue de ello, pues esta parte de nuestra psique trabaja con el mismo idioma pictórico que todos los símbolos que vemos en nuestra realidad.
Eliminando lo que no sirve
El proceso de borrado entonces tiene que hacerse a nivel subconsciente. ¿Cómo? Dando órdenes para ello especialmente cuando vamos a dormir. Cuando estamos en el proceso de irnos a descansar y entrar en el sueño reparador que nuestro cuerpo necesita cada noche, varios centros de control del cerebro toman el mando y ejecutan sus funciones para que podamos preparar nuestro vehículo físico para otro día de trabajo. El centro instintivo es el que lleva nuestro cerebro poco a poco a entrar en estados más profundos, de beta a alfa, theta y luego delta, de hacernos entrar en la fase REM y de hacernos descansar fisiológicamente y recargar las baterías del cuerpo. Luego, el centro motor es el que se encarga de poner en marcha procesos de limpieza psíquica en las esferas mentales para desechar parte de lo acumulado durante el día, u organizar el resto de datos recibidos en el cuerpo mental, nuestra memoria y nuestros bancos de datos.
Para que los procesos ejecutados automáticamente en la psique por el centro motor del cerebro puedan eliminar la programación subliminal acumulada a lo largo del día, hemos de incluir esta orden dentro de esos procesos rutinarios que se ejecutan sin nuestra intervención consciente. La petición se la tenemos que dar a esas otras partes de nosotros mismos, funcionando en otros niveles de consciencia y vibración, que llamamos nuestro Yo Superior, nuestro Ser, o cómo lo designéis cada uno o sintáis, para que borren, en los procesos de filtrado nocturnos de limpieza de la mente subconsciente, aquellas órdenes, patrones y programas que hayan entrado de forma subliminal sin ser “autorizadas” por el centro intelectual y por la mente consciente, y que estén destinadas a modificar nuestro comportamiento, patrones, actitudes, procesos mentales, carácter, etc. La orden se da hacia nosotros mismos, pero para que sea ejecutada desde otros estratos de la composición multidimensional que poseemos, pues la mente lógica y racional no será capaz de saber que tiene que filtrar y que no, que tiene que almacenar y que puede descartar, pero esos otros niveles de nosotros si, pues recordad que somos mucho más que este simple cuerpo físico y su personalidad, y estamos formados por una estructura multidimensional donde partes de la misma se encuentran en niveles frecuenciales, de vibración, de conocimiento, de sabiduría, etc., mucho más elevados que lo que la personalidad egóica y artificial que poseemos normalmente llega a abarcar.
Dar este tipo de orden antes de irnos a dormir, incluirá en el filtrado y eliminación aquello que hayamos recibido durante el día, y que pueda ser descartado por estar destinado a nuestra manipulación. ¿Cómo lo sabremos? No lo sabremos. Si ahora mismo no sabes que tienes en tu subconsciente, no tendrás forma de saber que se ha borrado del mismo. Así que posiblemente no vayas a notar nada especialmente diferente, excepto el hecho de que verás que no activas ciertos comportamientos automáticos que antes si hacías (si eres dado a auto observarte y auto analizar lo que piensas, haces o dices lo percibirás, sino, es cuestión de entrenamiento) a medida que vas borrando programación y patrones grabados en ti.
Subconsciente en modo mantenimiento y filtrado constante
Esto servirá para lo que vaya entrando en vuestro día a día por los medios de comunicación, la publicidad, los anuncios que veáis en la calle, los símbolos que están repartidos por la arquitectura de vuestra ciudad, los mensajes que captáis sin daros cuenta de múltiples medios energéticos y psíquicos, los egregores bajo los que vivimos, etc. Para lo que ya está imbuido y bien grabado, es necesario usar alguna otra técnica de desprogramación, como puede ser la escritura automática, primero para “vomitar” hacia la mente consciente lo que hay en la subconsciente, la meditación “hacia el interior de uno mismo” para percibir en imágenes o símbolos la misma información, o cualquier otra herramienta que conozcáis que os permita echar “luz” en el almacén de vuestra psique. Una vez hecho, se puede dar la orden de eliminación y desprogramación a vuestro ser superior, o a través del trabajo con vuestra esencia o mónada. Pero, al menos, con el simple hecho de meter ya en los procesos de limpieza nocturna la orden de no grabación ni almacenaje de todo lo dicho, aunque de momento no estemos sacando nada de lo que ya llevemos a cuestas, dejaremos de acumular más, y tarde o temprano podremos empezar a notar como no reaccionamos ante estímulos y cosas que nos hacían reaccionar de cierta forma, o como no ejecutamos ni seguimos automáticamente modas impuestas, costumbres artificiales, patrones de comportamiento destinados a las masas, etc., que se nos traten de imponer de una u otra manera.
Con cosas tan sencillas, vamos ganando la batalla por recuperar nuestro propio poder sobre nosotros mismos, por recuperar el autocontrol de las partes que nos componen, por empoderar el potencial que llevamos dentro, y por ir expulsando y bloqueando, de forma cada vez más tangible y eficaz, todo aquello que nos trata de controlar y someter. Al fin y al cabo, nada externo puede contra alguien que tiene en su mano el potencial que yace en su interior, y que solo está esperando que le pidan que actúe para empezar a hacerlo.


David Topí
http://davidtopi.com

miércoles, 9 de agosto de 2017

Quien te quiere no te busca por interés, te prefiere para compartir su tiempo

Quien te busca por interés, no te merece porque su verdadero motivo no eres tú sino lo que quiere obtener a través de ti. En su cabeza eres una mera herramienta, no un fin. Ideará mil y una formas para conseguirlo y cuando lo haga, pasarás a ser uno más en su lista… cuando tú te mereces mucho más, te mereces amor de verdad.
Así, quien te quiere no te necesita, te prefiere. No te elige para utilizarte a su beneficio, sino para compartir contigo su tiempo y abrirte su corazón. Sus ojos y sus gestos lo delatan. Porque el amor y los sentimientos sinceros se notan, se palpan.
Veamos qué es lo que diferencia a quien te quiere por interés de quien lo hace verdaderamente por su afecto. 

El verdadero amor está libre de la necesidad y el interés

Cuando hay amor, hay más interés que el propio, uno compartido. Cuando no queda amor tampoco necesidad, sino la voluntad de conjugar verbos en plural. Quien te ama de verdad te elige por cómo eres y acepta todo de ti, tanto tus cualidades como tus defectos, pero sobre todo trata de amar a estos últimos.
Porque a quien le preocupas de verdad no le importan las horas a las que le llames o las veces que necesites su compañía, simplemente está para ti. Porque te conoce y sabe que, a veces cuando esbozas una sonrisa, en realidad tu interior está hecho pedazos. Su única intención será la de ayudarte a recomponerlo.

Quien siente verdadero amor te regala sentimientos en forma de preciosos detalles, sin esperar recibir nada a cambio. No se mueve por el interés sino por el bienestar que le produce dibujarte sonrisas y cobijarte en abrazos. Y aún cuando te enfadas, intenta comprenderte a pesar de creer que en ocasiones no llevas la razón, porque considera que más allá de lo sucedido está vuestra relación.
     ►Quien te quiere de verdad prefiere ser constructor de tu felicidad.
Ahora bien, quien se mueve por el interés siempre tiene un plan en el que dar es sinónimo de recibir obligatoriamente. Te dará algo pero a cambio de que tú también se lo des a él. Si no lo haces, te lo recordará mencionando todo lo que hizo por ti.
Pero eso no es amor, sino utilizar a los demás para el beneficio propio. Porque quien está contigo por interés en el fondo es un egoísta disfrazado que en ocasiones se servirá del chantaje emocional para conseguir lo que quiere. Por eso tienes que estar atento y abrir siempre los ojos: es la única forma de no terminar siendo un esclavo de sus voluntades y deseos.

Quien te regala tiempo, te regala vida

El regalo más bonito que una persona puede hacerte es compartir parte de su tiempo. Regalarte sus minutos, horas y segundos porque te está regalando parte de su vida. Y de esto saben mucho las personas que te quieren.
Esos cafés a deshora, la visita express en el descanso del trabajo, una llamada o un buenos días por whatsapp… son detalles que delatan el cariño y el aprecio de quien los pone en marcha.

Quien te regala tiempo te está dando parte de su vida a cambio de nada, simplemente porque quiere, porque lo prefiere, porque estás en su lista de prioridades y de personas a cuidar. Un minuto es suficiente para hacerte saber que eres importante para él o ella, incluso unos segundos bastarán si están cargados de buenos sentimientos, para dejar una huella imborrable en tu corazón.

“Hay personas mágicas, te lo juro. Las he visto.
Se encuentran escondidas por los rincones del planeta. Disfrazadas de normales. Disimular es su especialidad. Procurando comportarse como los demás. Por eso, a veces, es tan difícil encontrarlas, pero cuando las descubres ya no hay marcha atrás.
No puedes deshacerte de su recuerdo.
No se lo digas a nadie, pero dicen que su magia es tan fuerte, que si te toca una vez, te atrapa para siempre”
                                                                           Anónimo

Porque quien te quiere de verdad buscará compartir tiempo contigo. Se encontrará cómodo y tranquilo siendo parte de tus momentos. Sin embargo, quien solo lo hace por interés pensará que está perdiendo el tiempo, de ahí que no esté siempre tan disponible.

Quédate con aquellos que sumen, no que resten

Quien te quiere de verdad suma en tu vida, quien solo lo hace por interés resta. Porque quien se mueve siempre por el beneficio propio tiene el riesgo de en algún momento quedarse solo.

►Trata de rodearte de aquellos a quien les encante compartir tiempo contigo, aunque solo sea en un sofá hablando y pon distancia de quien te llama solo cuando te necesita.


La vida está llena de personas maravillosas y de otras que aun no han sido capaces de despertar y sentir todo lo que el amor y el aprecio por los demás aporta. Pero en ti está la decisión de elegir con quien relacionarte. Por ello, no olvides que quien te aprecia, te ofrece no te exige. Te aporta, no te pide. Te valora, no te destruye. Quien te quiere de verdad no solo te lo dice, sino que también te lo demuestra. 

Psicología/Gema Sánchez Cuevas
https://lamenteesmaravillosa.com

martes, 8 de agosto de 2017

SENTIRME ORGULLOSO DE MÍ



Sí, ya lo sé: “Cada uno es como es”.
(Aunque en realidad solamente es una frase hecha)

Sí, lo sé: lo que a unos les emociona a otros les deja indiferentes.
(Cuestión de sensibilidad y de darse permiso para emocionarse)

Que sí, que la misma frase o la misma imagen a cada uno le puede decir una cosa distinta.
(Lo que uno permite que la frase o la imagen le digan)


De hecho, yo –que soy muy poco constante y tengo una pésima memoria-, me propongo cosas que me duran justo lo que tardo en olvidarlas, mis propósitos firmes no se mantienen firmes, y aplazo algunas cosas continuamente como si confiara en esa eternidad que pregono por todos los sitios que no existe.

Leo un artículo sobre lo bueno que es caminar y, sí, salgo a caminar un día. En los próximos días encontraré una excusa (en eso casi todos somos expertos) cada día distinta, para no salir a caminar.

Me planteo seguir una dieta o un tipo de comida y lo hago una temporada hasta que la tentación de otras cosas más placenteras desmorona mi buena intención. Otra vez.

A veces escribo folios con frases impactantes rebosantes de sabiduría y las pongo a la vista: que no se me olvide que eso que propone la frase es mi firme propósito. Hasta que se me olvida.


“PROMETO NO ABANDONARME NUNCA MÁS”, por ejemplo.


Ya se está amarilleando y, en cambio, está muy poco usada.

A pesar de todo lo que he escrito, realmente me siento muy satisfecho de mí, y conmigo mismo.

Soy una buena persona. Y esto ya me parece motivo más que suficiente para estar dichoso.

Acepto mis dificultades, mis limitaciones, hasta lo que no me termina de gustar de mí, pero… no me rindo. No me quedo resignado y conforme sino que trato de hacerlo de otro modo. Del modo que creo que es el correcto.

Me doy una oportunidad tras otra. 

Me despierto y mi primer pensamiento es que tengo otra oportunidad para empezar a hacer lo que realmente quiero hacer y para empezar a ser como realmente quiero ser.

Y empiezo el día con ánimo y con confianza en que, antes o después, lo voy a lograr.

Ahora creo que he encontrado una motivación, por fin, para hacer realidad mis propósitos, para encauzar mis energías en el buen sentido y no derrochar el tiempo –que es la vida- como hago muy a menudo.

Es una frase que a mí me sirve, pero eso no quiere decir que tenga que servir a los demás. 

Sí es una invitación a que cada uno busque la motivación que mejor le vaya y la convierta en su aliada.


“QUIERO SENTIRME ORGULLOSO DE MÍ MISMO”


Esta es la frase.

Sin entrar en matices de si el orgullo es bueno, o es puro ego, o es un error.

No es gran cosa, pero me es útil.

Quiero mirarme al espejo y responderme con una sonrisa. 

Quiero pensar “este soy yo” y sentir una agradable satisfacción.

Quiero hacer lo necesario para que el día de mi juicio final (que en mi caso es todos los días) tenga en los labios una sonrisa silenciosa que lo diga todo y pueda sentirme muy a gusto de compartir mi vida conmigo.

Quiero sentir mi autoestima en el sitio que le corresponde.

Quiero experimentar complacencia al pronunciar mi nombre, quiero sentirla al pensar en mí y en lo que estoy siendo y en lo que hago.

(Y, fíjate, he pensado y escrito “quiero”, y no “tengo que”, y eso es muy muy muy importante)

Y sé que esta vez sí lo haré, porque aunque es lo mismo que llevo escuchando durante años y años con mis oídos, esta vez ha resonado en mi corazón, en mi fibra más amorosa, en mi madre interna, y lo haré, PORQUE QUIERO SENTIRME ORGULLOSO DE MÍ.

Invito a que cada uno busque la motivación que mejor le vaya y la convierta en su aliada.


Te dejo con tus reflexiones…


Francisco de Sales
buscandome.es

lunes, 7 de agosto de 2017

Amar sin depender


Si hay dependencia, el temor al abandono se manifiesta permanentemente. Si hay amor uno no tiene miedo a perder a la persona amada.
En la dependencia son comunes los celos incontrolados e irracionales. En el amor no hay celos infundados.
En la dependencia los sentimientos de inseguridad crecen como la espuma. En el amor la autoestima se fortalece.
En la dependencia el “yo” se desvanece en los requerimientos del otro hasta perder la propia esencia. En el amor puedo seguir siendo “yo”, con mis intereses, gustos y necesidades en pleno funcionamiento.
En la dependencia hay tristeza y estrés. En el amor hay alegría.
Si te dejaron de amar, asume que no hay nada que hacer, saca a pasear la dignidad y no te humilles jamás. Si te lastiman o maltratan será que no te merecen. Si no sabes si te aman, olvida esta relación, a los enamorados de verdad no hay que convencerlos de su amor. Hay que practicar el realismo afectivo: no dejar que el amor adicto te arrastre a la irracionalidad, descartar el autoengaño y descartar la esperanza inútil, la que nos aleja del aquí y del ahora.

Lo que nos hace inmunes a la adicción afectiva es explorar el mundo buscando otras fuentes que nos hagan sentir llenos, hacernos cargo de nosotros mismos y exaltar la autonomía, darle un sentido a la propia vida y potenciar el crecimiento personal y la vocación.

                                                                                   Walter Riso