sábado, 3 de febrero de 2018

En busca de la felicidad

Dependiendo del momento de la vida, el ser humano tratará de encontrar la felicidad en unas cosas u otras, en personas, objetivos y metas, placeres o bienes materiales. Sin embargo, nada de eso es para siempre, por mucho que la mente lo anhele; lo que nace del vacío ha de retornar al vacío.


►“Soy lo que elijo ser y termino por convertirme en el resultado de mi decisión esencial” (Shambhu)
Sin duda que Ananda, el estado de felicidad, existe. Pero tal y como se suele entender es un deseo antes que un estado real. Para hacer de la felicidad un estado real es preciso un conocimiento real. El ser humano sufre. El sufrimiento existe. Por eso el hombre busca la felicidad. En realidad, lo que busca es un estado que lo eleve por encima del dolor y transporte más allá del sufrimiento.
Buscar la felicidad puede parecer un derecho legítimo y también natural, pero es ilusorio. El anhelo de felicidad se corresponde con una necesidad de huida, por lo que cuando viene a suceder un vislumbre de tal estado, la realidad imperante lo transforma en algo transitorio e impermanente, comprendiéndose que no es para siempre, por mucho que se nos intente convencer de lo contrario.
Es cierto, existen momentos de plenitud y alegría en los que por unos fugaces instantes Anahata chakra, el centro emocional, acaricia la piel de la diosa Felicidad, pero se trata de momentos efímeros y dispersos en el tiempo. Quizás por este mismo motivo se los recuerde con tanto cariño y también evoquen un suave aroma de añoranza.
Buscar la felicidad es una quimera más de la mente que se corresponde con los diferentes ciclos que vive el hombre a lo largo de su existencia. Dependiendo del momento de la vida, el ser humano tratará de encontrar la felicidad en unas cosas u otras, bien sea en personas, objetivos y metas, placeres o bienes materiales. Sin embargo, nada de todo eso es para siempre, por mucho que la mente anhele que sea de otra manera; lo que nace del vacío ha de retornar al vacío.
Quizás uno de los recursos a los que recurre Ahamkara, el ego, es tratar de encontrar una pincelada de felicidad en la espiritualidad. Sin embargo, este medio no deja de ser una huida más y por lo tanto también un engaño. En algunos casos se puede tratar de escapar hacia la orilla de una creencia, con sus correspondientes rituales y prácticas, que bien pudieran conceder un atisbo de consolación durante un tiempo más o menos prolongado. No obstante, la creencia es un estado mental y como tal está también sometida a la inexorable ley de la impermanencia.

Sat-Chit-Ananda

Sin embargo, la naturaleza última y auténtica del ser humano es: Sat, Chit, Ananda, Ser, Conciencia, Felicidad. Tal es nuestro común estado; pero hasta que este concepto deje de ser una creencia para convertirse en una experiencia, lo único que quizás sea viable realizar es hacer de la felicidad una elección, una decisión, antes que la consecuencia de una práctica espiritual o la mera consecución de un objetivo material.
“Elijo ser feliz. Es mi decisión”. Esto es algo por completo diferente a lo que se nos trata de vender con el manido tema de la búsqueda de felicidad. La elección es bien diferente. A fin de cuentas: “Soy lo que elijo ser y termino por convertirme en el resultado de mi decisión esencial”, y por tanto consciente. Concluimos entonces que, la felicidad es un estado que se corresponde con la Conciencia pura, al que se puede acceder a través de una elección consciente.
No es posible alcanzar la felicidad como resultado de una búsqueda material o espiritual, porque en realidad tal estado está ya en el ser humano, pertenece a su última envoltura: Anandamaya kosha, envoltura de felicidad. Ya se es felicidad. Nuestra auténtica naturaleza se compone de felicidad, y también de Amor. No es algo a conseguir sino algo a decidir, y también a permitir que suceda.
¿Qué tiene que ver el Yoga con la búsqueda de la felicidad? Tiene que ver todo, pues al Yoga verdadero tan sólo le interesa una cosa: el estado último donde aparece la Conciencia pura. Si se lo sabe ver, todas las ramas del Yoga apuntan en la misma y única dirección: Sat, Chit, Ananda: Ser, Conciencia, Felicidad.
Como viene siendo habitual, el obstáculo para llegar a la percepción de tal estado es el propio ego. El ego y la personalidad son los ladrones de la felicidad. En efecto, el estado de felicidad existe, pero es impersonal. Se encuentra más allá de la estructura mental, egóica y personal. Nadie puede ser feliz pero sí se puede ser felicidad, tal es nuestro estado natural.
Ahora la felicidad tan solo depende de ti. Es tu elección. Es tu decisión. 
Nada ni nadie es responsable de tu infelicidad. Nadie es culpable de nada. Comprende y conecta con tu naturaleza esencial. Ya eres aquello que buscas. No concedas más energía a lo innecesario e impermanente. Aquello que buscas y necesitas de verdad está en ti, eres tú.

Emilio J. Gómez.

http://www.yogaenred.com

viernes, 2 de febrero de 2018

5 BENEFICIOS DE REALIZAR MANDALAS


Los mandalas son el arte milenario por excelencia, tiene sus orígenes en religiones orientales como el budismo y el hinduismo, pero con el pasar de los años también se han visto empleados por otras religiones occidentales como el cristianismo durante la era medieval, por ejemplo. Su nombre proviene del sanscrito, y se puede traducir casi literalmente como el círculo de la vida, lo que le brinda un halo casi místico a todo el mandala realizado. Muchas personas los suelen usar con el fin de adentrarse en una especie de transe espiritual que los ayude a meditar mucho mejor y conectarse así con las energías del universo. Descubre en Nutrición Sin Más cuáles son los beneficios de la meditación según la ciencia.
El Diccionario de la Real Academia Española define a los mandalas como un dibujo complejo, generalmente circular, que representa las fuerzas del universo y que sirve de apoyo para la meditación. Partiendo de esa definición podemos agregar que si bien los mandalas son circulares, emplean varias figuras geométricas como los cuadros, triángulos o rectángulos por ejemplo para diseñar los espacios del interior y dotarlo de imágenes diferentes pero correlacionadas.
Si con todo lo que le hemos dicho todavía no se animan a realizar mandalas desde su casa, a continuación en este artículo les revelaremos varios beneficios que aporta el dibujar y pintar estas figuras milenarias. Una vez descubran lo mucho que pueden obtener de una actividad tan sencilla, pero profunda, querrán comenzar de inmediato a verter su alma en forma de colores dentro de los mandalas.


  1.       Disminuye la ansiedad: Quienes hacen mandalas de forma regular saben lo importante que es esa práctica para lograr estar calmados siempre y no dejar que las energías negativas los desequilibren. El simple hecho de colorear dentro de un mandala todas esas figuras exóticas produce un efecto placentero en el cerebro que ayuda no solo a inducirlo en la calma, sino también a combatir síntomas de ansiedad, depresión o los cambios de ánimo poco productivos.
  2.       Conexión con ambos mundos: Este segundo beneficio les puede parecer demasiado místico, pero no es algo que digamos al azar, la verdad es que al mandala ser una representación del universo, sus patrones ayudan a que las personas que los realizan se puedan conectar con todo. Cuando hablamos de todo nos referimos al plano espiritual y físico.
La conexión espiritual se consigue mediante el trance de calma de disfrute que se gana cuando se aprecian los colores y lo que se está creando. El hecho de colorear y dibujar los diseños que se llenarán de tonalidades es lo que conecta a las personas con lo material y físico. Ambos procesos aumentan la percepción que tiene el individuo sobre lo que es y todo lo que lo rodea.
  1.       Enriquecen la empatía: Otro de los beneficios que aportan los mandalas es que enriquecen la empatía de las personas, haciéndolas más comprensivas y tolerantes al entrar en contacto visual con los colores que decoran el diseño. Este beneficio tiene más presencia cuando se observan los mandalas, haciendo énfasis en reconocer cada detalle que lo integra. Una explicación algo más científica explica que al colorear se estimula la parte cognitiva del cerebro y de ese proceso el desarrollo y manejo de emociones se enriquece.
  2.       Inducen el sueño: Una terapia poco invasiva y además muy eficiente para las personas que padecen de insomnio es hacer mandalas. Como hemos mencionado antes estos dibujos milenarios ayudan a alcanzar un estado de relajación superior, el cual facilita evidentemente el sueño en cualquier persona. La razón detrás de eso es que cada color que se usa para pintar tiene su propio efecto en el cerebro, al ser el azul y el rojo dos de los más usados, se consigue tranquilidad gracias al azul y un aumento en el pulso y el flujo sanguíneo gracias al rojo, lo que aumenta la sensación de bienestar.
  3.       Autodescubrimiento y concentración: En este último punto te presentamos 2 beneficios en 1, el autodescubrimiento y la concentración. En el primer punto hacemos referencia a que los mandalas son una herramienta poderosa para adentrarse en el propio espíritu, cada diseño que se realiza tiene un propósito y una historia, al realizarlos puede que descubras cosas nuevas de ti. En cuanto a la concentración pues es evidente, una actividad tan meticulosa y enriquecedora como dibujar y pintar mandalas ayuda a mejorar la concentración de las personas.



Edith Gómez
http://www.aulaspandora.com

jueves, 1 de febrero de 2018

Flores de Bach para cuerpo y alma

Flores de Bach, una terapia para el cuerpo y el alma.

La enfermedad es en esencia el resultado de un conflicto entre el alma y la mente, y nunca se podrá ser erradicada sin un esfuerzo espiritual y mental”  Edward Bach. 
El Dr. Bach fue un médico galés que, descontento con el enfoque sobre la salud y la enfermedad de la medicina convencional de su época, dedicó su vida a la búsqueda de un sistema terapéutico novedoso, basado en las fuerzas curativas de la propia naturaleza, con el fin de que su sencillez, claridad y accesibilidad permitiera a cualquier persona su utilización para encontrar las raíces profundas de sus conflictos internos y, con ellas, la solución a sus problemas de salud.
Entre 1930 y 1934, Edward Bach elaboró 38 esencias florales, más un remedio adicional que combina cinco de dichas esencias para situaciones de emergencia y, con ello, nos dejó un maravilloso legado de
autoconocimiento para nuestro equilibrio y evolución, que se expande, generación tras generación, por los cinco continentes y, cuyo valor ha sido reconocido incluso por la Organización Mundial de la Salud.

Bach clasificó sus remedios en siete grupos que comprendían lo que él entendía como las fuentes principales del malestar humano: temor, incertidumbre, falta de interés en las circunstancias presentes,
soledad, susceptibilidad a las influencias e ideas ajenas, desaliento o desesperación y excesiva preocupación por el bienestar de los demás. Cada uno de esos grandes grupos reúne una serie de esencias, destinadas a la toma de conciencia y sanación de una circunstancia particular que afecta al individuo.
La descripción del uso de los remedios florales fue publicada por Bach en unos libritos de fácil entendimiento para todos: “Cúrese usted mismo” y “Los doce curadores y otros remedios”, que se agruparon bajo el título: “La Curación por las flores”. También podemos documentarnos más extensamente en la amplia bibliografía que ha sido publicada con posterioridad a Bach y que recoge las sucesivas investigaciones y casuística respecto a la terapia floral.
Con ello es fácil establecer los paralelismos respecto de nuestros síntomas, estado mental-emocional y la personalidad que hemos ido desarrollando a lo largo de nuestra historia y, así, encontrar los remedios
florales que más nos identifican. Además, hay cuestionarios que se pueden descargar por internet para hacer una autoevaluación de estado.
Cuando uno lee las descripciones de las esencias es habitual afirmar: ¡Pero si yo las necesito todas! Y esto no es del todo desacertado ya que, en un momento u otro, es frecuente que el ser humano pase por esos estados que representan las flores.
Sin embargo no es conveniente aunar más de 6 ó 7 remedios en cada formulación para no difuminar los efectos importantes y la toma de consciencia entre tantos estímulos diferentes. Después de uno o dos meses tomando las esencias, se puede volver a evaluar cuáles son los cambios, qué nuevos emergentes han aparecido y, como consecuencia, qué remedios debo mantener, cuáles suprimir y qué otros incorporar en la siguiente fórmula. De esta forma iremos descubriendo, capa a capa, como una cebolla, el conflicto central que, en origen, generó esa forma de reaccionar en desequilibrio con la vida.
Puede ser que, en algún momento, estemos bloqueados o no sepamos identificar exactamente lo que nos pasa o la gravedad de los síntomas nos haga estar muy confusos y desesperados. Ese sería un buen momento para dejarnos asesorar y acompañar por un terapeuta floral profesional.
Aunque las Flores de Bach muestran resultados generalmente sorprendentes ante cualquier problema, es posible que, si la persona es muy mental, controladora, poco receptiva o está muy intoxicada por el uso de medicamentos, no perciba resultados inmediatos; si fuera así, es preciso perseverar y mantener el  tratamiento un tiempo prolongado o usar algunas esencias catalizadoras primero, para liberar el bloqueo y abrir la mente a estas nuevas frecuencias. Con tiempo y paciencia irán produciéndose cambios.
No obstante, en ocasiones, será preciso complementar con otras terapéuticas y, por supuesto, no abandonar la medicación, especialmente en casos de riesgo. De cualquier modo, es el médico quien tiene la función de ajustar o rescindir los medicamentos que haya recetado al paciente, según perciba que es posible hacerlo si se han producido mejorías en el estado de salud de la persona.
Los preparados florales son totalmente inocuos y combinables con cualquier medicamento, farmacológico o natural, y, prácticamente, pueden ser un valioso auxiliar que mejora otras terapias. Son utilizables
en cualquier edad y estado de la vida, incluso en recién nacidos, niños o embarazadas. También se pueden aplicar con buenos resultados en plantas y animales.
Las fórmulas se preparan en frascos goteros traslúcidos de 30 cc con, aproximadamente, un tercio de brandy artesanal de calidad y dos tercios de agua mineral, a los que se añaden dos o tres gotitas de cada
una de las esencias que se vayan a tomar. La mezcla se agita durante unos segundos y se le puede imprimir una intención curativa depositando el frasco en las manos y focalizándose en él unos segundos más. Después hay que tener cuidado de no ponerlo cerca de fuentes de calor, luz directa y emisores de ondas electromagnéticas.
Aunque la cantidad de alcohol en cada toma es inapreciable, es preciso tenerlo en cuenta en personas con especial sensibilidad o niños muy pequeños. En estos casos se puede sustituir el brandy por vinagre
de manzana como conservante (aunque el sabor empeora y el preparado puede deteriorarse con mayor facilidad).
Se suele recomendar un mínimo de cuatro tomas de cuatro gotas bajo la lengua, distribuidas a lo largo del día, la primera de las cuales se realiza al despertar y la última justo antes de dormir.

José Juan Hervás Martín
Terapeuta floral y holístico
ailim.es
https://espaciohumano.com