lunes, 19 de febrero de 2018

10 preguntas que debes hacerte para dar sentido a tu vida


Hay días en los que nos levantamos y nos preguntamos por qué estamos junto a una persona que no nos quiere o no nos respeta, por qué vamos todos los días a trabajar a un trabajo que no nos apasiona, o por qué en general no tenemos la vida que habíamos soñado.
Todas esas preguntas nos llevan a reflexionar sobre una serie de elecciones que hemos hecho a lo largo de nuestra existencia y que quizás no han sido nuestras elecciones, o son caminos que hemos escogido por miedo, por falta de coraje para vivir nuestros sueños. Hay una serie de preguntas que nos podemos hacer para dar sentido a nuestra vida y saber si estamos viviendo lo que deseamos. A continuación, os proponemos 10.
 ► Sólo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero.
                                                             Jorge Bucay

¿Cómo ves tu vida dentro de 5 años?

Piensa por un momento, como sería tu vida dentro de 5 años; si continuarás en la situación en la que estás. Quizás la idea de ese futuro te hace feliz y no quieres que cambie nada o a lo mejor, la idea de ese futuro es algo que no quieres vivir. Nuestro ejercicio, debe consistir en hacer una reflexión sobre si la vida que llevamos actualmente nos lleva a ese ideal de vida soñado que queremos o tenemos que cambiar las cosas que hacemos.

¿Qué harías si no tuvieras miedo?

El miedo es paralizante y cuando se trata de salir de nuestra zona de confort inventamos cualquier excusa para quejarnos sin hacer nada por buscar soluciones y cambiar lo que nos molesta. Piensa en lo que harías si no tuvieras miedo, a qué te atreverías, visualiza esa situación que te gustaría vivir y hazlo sin miedo, ¿cómo te sientes?
 ► Lo realmente importante es luchar por vivir la vida, para sufrirla y para gozarla, perder con dignidad y atreverse de nuevo. La vida es maravillosa si no se le tiene miedo.
                                                      Charles Chaplin

¿Cuáles son tus 3 mejores talentos?

A veces, vemos todos nuestros defectos, pero no somos capaces de apreciar nuestros talentos. ¿Qué es lo mejor que haces?, ¿qué te apasiona? Y la pregunta más importante: ¿Te dedicas a ello? Estas preguntas nos harán pensar en qué destacamos y por qué no nos dedicamos a lo que más nos gusta.

¿Qué es lo más importante de tu vida?

Por un momento piensa en lo que es más importante en tu vida, qué te hace realmente feliz, y reflexiona sobre si ese algo está en tu vida o no. Quizás ha llegado el momento de cambiar algo o de cambiar todo.

¿Cuál es el sueño de tu infancia que nos has cumplido?

Cada uno de nosotros tenemos un sueño de niños que nos imaginábamos cumplido de adultos. Piensa en lo que soñabas hacer cuando eras pequeño y en qué ha sucedido para que no estés viviendo ese sueño ya. Además, puedes pensar en qué cosas es posible que hagas para ir acercándote poco a poco a tu sueño de infancia.

¿Te estás aferrando a algo que debes dejar ir?

Tendemos a aferrarnos a cosas o a personas que realmente deberíamos dejar ir, porque no nos aportan nada bueno, porque nos hacen daño o porque es hora de evolucionar y cambiar. Es importante aprender a dejar ir, nos dolerá, pero al pasar el tiempo, nos daremos cuenta que a veces hay que dejar ir cosas o personas para que entre aire nuevo en nuestra vida.

¿Vives tu vida para ser feliz o para hacer feliz a los demás?

Si pensamos detenidamente en nuestra vida, a veces podemos darnos cuenta de que estamos viviendo y eligiendo lo que hace feliz a otros, no lo que nos hace feliz a nosotros. No es cuestión de dar una satisfacción a los demás sino de ser felices. En realidad, las personas que nos quieren, desean vernos felices, pero deben distinguir entre lo que piensan que nos hace felices y lo que nos hace realmente felices.

¿Qué harías diferente en tu vida si sabes que nadie te juzgará?

La opinión de otras personas es algo que tememos siempre que nos planteamos cambiar algo en nuestra vida, pero imagina que nadie te va a juzgar, ¿qué cambiarías en tu vida?Al igual que el miedo a lo que sucederá si cambiamos, tenemos miedo a lo que opinen los demás.

¿Te dedicas a lo que te apasiona?

Muchas veces nos quejamos de nuestro trabajo, de nuestro jefe, de nuestros horarios, de nuestros compañeros de trabajo, pero no hacemos nada para cambiar eso, por miedo, por opiniones ajenas, por no cambiar nada, aunque no nos guste. Nos conformamos, sin atrevernos a arriesgarnos a vivir nuestra vida al máximo.

Si te quedara un mes de vida, ¿cómo lo emplearías?

Malgastamos mucho tiempo en las redes sociales, con el móvil o con la televisión, pero pregúntate si harías eso en el caso en que te quedara un mes de vida. Seguro que no, que nos dedicaríamos a disfrutar cada segundo de las personas que queremos, de los lugares que nos gustan, de cada pequeño detalle que nos hace felices. ¿Y por qué no empezamos ya?
 ► Volví a sentir unas inmensas ganas de vivir cuando descubrí que el sentido de mi vida era el que yo le quisiera dar.
                                                            Paulo Coelho

Arantxa Alvaro Fariñas
https://lamenteesmaravillosa.com

domingo, 18 de febrero de 2018

Meditación y neurologia


Estudios con magneto-encefalografía demuestran que las personas que han sido entrenadas en mindfulness tienen cambios más rápidos y de mayor tamaño en la amplitud de la onda alfa cuando cambie el foco. La meditación mindfulness ayuda a los pacientes a controlar el dolor crónico y la depresión.
Un estudio reciente de la Universidad de Brown propone que aquellos que practican la meditación, ganan un mayor control sobre los ritmos alfa de las cortezas sensoriales que ayudan a regular la forma en que el cerebro procesa las sensaciones, incluyendo el dolor y los recuerdos, así como los pensamientos negativos.
En base a los resultados experimentales publicados y una simulación por ordenador de las redes neuronales, se deriva una conexión íntima del mindfulness entre la mente y el cuerpo, ya que la meditación estandarizada del mindfulness tiene un enfoque muy localizado sobre las sensaciones del cuerpo y la respiración.
Lo investigadores proponen que debemos aprender a controlarnos en cada momento mediante meditación mindfulness. Un control eficiente de nuestro ritmo nos permite filtrar mejor la información sensorial
Los practicantes de la meditación aprenden no sólo a controlar sus sensaciones corporales específicas que prestar mayor atención al espacio, sino también la forma de regular la atención para que las sensaciones físicas negativas como el dolor crónico no se vuelvan hacia uno mismo. El control local de atención de los ritmos alfa somatosensoriales se generaliza para regular mejor nuestros pensamientos negativos que pueden llevar a la depresión.
Catherine Kerr y su grupo de investigadores dicen que “somos el primer grupo en proponer un mecanismo neurofisiológico subyacente que vincula directamente la práctica real de la conciencia consciente de la respiración y las sensaciones del cuerpo para el tipo de beneficios cognitivos y emocionales que le confiere la atención”



sábado, 17 de febrero de 2018

Evolución de la consciencia humana en 7 etapas



Cada día resulta más interesante saber si en la evolución de la consciencia existe una escalera de complejidad de menor a mayor que, por ejemplo, partiendo de aquella simple ameba, culmine en el neocórtex de un Buda.
Pues bien, este tema hace años nos resultaba ambiguo y difuso, y sin embargo actualmente circulan mapas integradores que, de la mano de investigadores tales como Gebser, Wilber, Lachman y Nelles, ponen a nuestra disposición fascinantes reflexiones sobre dónde estamos, de dónde venimos y dónde, al parecer, vamos a llegar.
A poco que observamos, puede decirse que nos encontramos en un momento de la Humanidad que, a tenor de la escalera que seguidamente se presenta, parecería que estamos a mitad de camino entre los dioses y las bestias, o bien entre el iluminado y el feto.
El siguiente mapa de la expansión de la consciencia es el resultado de una síntesis entre los mencionados autores.

Primer escalón

En el desarrollo de la vida de un ser humano, este primer escalón corresponde al feto como un ser unido a la madre. Por su parte a nivel Humanidad señala a las hordas recolectoras y cazadoras de aquellas tribus nómadas que nos precedieron en los tiempos arcaicos. En este estadio la manifestación de la conciencia es tan sólo instintiva, y el ser humano se encuentra absolutamente identificado y fusionado con la naturaleza, la tierra, la madre.
Esta simbiosis del feto que todavía no conoce la dualidad representa un estado de unidad preconsciente, en la que destacan los factores biológicos y ninguna individualidad que permita al ser humano auto determinarse y superar el estado de total necesidad total en el que vive.
Desde la perspectiva hinduista–yóguica de los chakras o centros energéticos del cuerpo humano, este primer estadio correspondería a la zona del perineo o chakra–raíz como principio de la vida.

Segundo escalón

En el desarrollo de la vida de un ser humano, este segundo escalón corresponde a la etapa de la infancia, una etapa todavía preconsciente, pero ya con un principio de consciencia sobre el yo separado de la madre, del gran otro y de la naturaleza.
En sus niveles iniciales esta etapa se manifiesta en la conciencia mágica de un todopoderoso y egocéntrico niño que proyecta su pertenencia dependiente como hijo de los cielos y seguidor creyente de la religión como fleco de conexión con lo que le unía al origen materno. Un ser que a la manera de un niño se siente súbdito de todo de dogmas, banderas y tronos en estado de subordinación al “padre de familia”. Se trata de un ser que necesita de ritos con fe y lealtad ciega, así como de una identidad extendida a la familia de origen, cultura, raza y nación.
Este ser humano-niño se siente desamparado en su reciente separación con la madre, y necesita de figuras en los cielos que le proporcionen amparo y se muevan entre premios y castigos. Figuras mágicas y míticas con las que se establecen códigos de conducta que una suprapolicía celestial controla.
En esta etapa, la mujer se ve sometida al patriarcado, al tiempo que el ser humano se considera expulsado de un paraíso y dependiente de su pasado glorioso. Para los miembros de este estadio, la vida humana consiste en atravesar el valle de lágrimas de la separación, para retornar algún día con el sacrificio y el dolor de nuevo a su celestial origen. La vida del estadio segundo está enfocada en el “hacia atrás”, es decir, todavía en la gran madre, y su nivel de consciencia es todavía muy escaso. Es una edad evolutiva en la que la superstición y el mito, se dan como referentes mediante idealismos febrilistas y guerras fanáticas. Son tiempos de teocracias y de múltiples asesinatos en torno a “ideas justas” y a banderas irrenunciables.
A nivel sociedad, la casta sacerdotal, los líderes tiranos y los monarcas por derecho de Dios ayudan a organizar la infantil humanidad. Es este el nivel propio de la guerra, ya que el niño, cuando quiere un juguete de otro, lo que hace es arrebatarlo, y si encuentra resistencias por parte de su dueño, no hace otra cosa que reñir y pelear.
Desde la perspectiva hinduista–yóguica de los chakras o centros energéticos del cuerpo humano, este segundo estadio correspondería al llamado “segundo chakra”, que estaría a la altura del ombligo.

Tercer escalón

En el desarrollo de la vida humana de un ser humano, este tercer escalón corresponde a la juventud. Este estadio ha atravesado la preconsciencia y se instala en la consciencia. Nos encontramos con el hombre y la mujer contemporáneos que han desarrollado un yo autónomo que disfruta de independencia así como de una gestión de sus propios sentimientos y de una conquista de la dimensión racional. Es el tiempo de la ciencia en la que tal vez Galileo fue uno de los primeros exponentes, es decir, quien sufrió el castigo de sus contemporáneos del nivel anterior, que no podían todavía digerir el mundo lógico de la Ciencia y la razón positiva que más tarde los liberaría de la superstición y los dogmas.
Las grandes ciudades del siglo XXI todavía tienen una gran representación de este nivel en aquellos ciudadanos cuya única gafa de ver la vida es la de la ciencia positivista y desarrollo de un pragmático cognitivismo. Estamos antes el homo teconológicus y económicus que ha aprendido a “ir a lo suyo”, separándose de la “manada” tanto familiar como cultural, y optando por aquello que más le conviene como individuo separado e independiente. Entre el cemento de las grandes ciudades sucede que Dios ha muerto y la religión da lugar a ideologías políticas y pragmatismo ideológico y económico de base materialista.
La patología de este nivel está en un exceso de materialismo sin sentido, y los flecos de un existencialismo desencantado en el que tan sólo el dinero y el placer, la razón y el fortalecimiento del ego, priman en el recorrido de la vida.
Desde la perspectiva hinduista–yóguica de los chakras o centros energéticos del cuerpo humano, este tercer estadio correspondería al llamado “tercer chakra”, que se ubica en el pecho, entre las costillas. Representa la frontera hacia escalones más amplios y profundos denominados como transpersonales.

Cuarto escalón

En el desarrollo de la vida humana de un ser humano, este cuarto escalón corresponde a la madurez en su primera etapa. Su centro energético es el corazón.
En el desarrollo de la Humanidad se asocia a una sociedad enraizada en la inteligencia del corazón que se muestra compasiva e incluyente. A este tipo de estadio corresponden iniciativas globales de derecho internacional, redes transnacionales y movimientos humanistas que trascienden el origen, la cultura y rasgos de procedencia.
En este nivel aflora el alma y la vida es recorrida y vista desde los ojos del amor. El ser humano de nuevo emprende un movimiento de reunión, pero ahora será con su familia elegida, o incluso con el grupo de afines. Se trata de un ser que retorna de la individualidad anterior a ultranza para establecer alianzas desde el compromiso, el respeto y la compasión que determinan la sociedad emergente.
Desde la perspectiva hinduista–yóguica de los chakras o centros energéticos del cuerpo humano, este cuarto estadio tal y como se ha indicado correspondería al cuarto centro o chakra del corazón, y se manifiesta con un sentimiento de hermandad entre vínculos sanos de quien previamente se ha individualizado, conquistó asimismo su independencia y ahora vuelve a establecer vínculos desde el amor y la afinidad.

Quinto escalón

En el desarrollo de la vida de un ser humano, este cuarto escalón corresponde a la madurez en su segunda etapa. Y a nivel Humanidad se manifiesta desde la conciencia transpersonal en el espíritu de servicio y contribución a la paz y bienestar de la Humanidad.
El ser humano ha ido más allá de su ego, ha logrado reconocer en el amor los vínculos de sus relaciones y puede expresar la misión de su vida con plena entrega, sin peligro de inflar su ego por los reconocimientos recibidos. Tiene que ver con la vocación –con la voz– y con la expresión creativa de un ser humano que se reconoce como el propio modelo y pone su vida a disposición de una causa mayor por la que superar obstáculos y entregar la verdad, la bondad y la belleza de su ser.
Desde la perspectiva hinduista–yóguica de los chakras o centros energéticos del cuerpo humano, este quinto estadio correspondería a zona de la laringe, su acento está en la expresión que manifiesta la misión de vida.

Sexto escalón

En el desarrollo de la vida de un ser humano, este cuarto escalón corresponde a la vejez. A nivel Humanidad, correspondería a la voz de la experiencia y la sabiduría en un nivel de visión transpersonal unitiva que integra la unidad de la conciencia y la multiplicidad de la forma, y que asimismo señala a la vida contemplativa y la alegría primordial de una segunda soledad.
La visión de este estadio conlleva lucidez y amor como conjunción de experiencias que trascienden el tiempo y el espacio en la interoridad de la esencia.
La simultaneidad de todos los tiempos, la transparencia y la atestiguación de procesos internos y externos de la propia vida señalan a la conciencia de este estadio asociada a la paz profunda y la comprensión afinada del Misterio transracional.
Desde la perspectiva hinduista–yóguica de los chakras o centros energéticos del cuerpo humano, este sexto estadio se situaría en la glándula pituitaria y pineal, también llamada a nivel en las tradiciones espirituales como “tercer ojo”. Se manifiesta por el aperspectivismo y la diafanidad apoyada por la vista unitiva desde la cumbre.

Séptimo escalón

Nirvana, extinción, llegada, conclusión. Fin y principio. Océano infinito de conciencia. Tao. Más allá de toda dualidad. Se manifiesta el poder de la quietud primordial en la que todo ES. (Chakra corona)


Conclusiones 

Primero: que aunque la escalera de por sí tiene un estilo jerárquico, ningún escalón es mejor o peor que otro, sino que tan sólo conlleva una visión de mayor o menor amplitud y profundidad. Ver la vida desde el 4º piso no es “mejor” que verla desde el 3º, simplemente se contempla mayor horizonte. Un adulto no es “mejor” que un niño; el niño no se puede poner en el lugar del adulto, sin embargo, el adulto sí puede ponerse en el lugar del niño.

Segundo: que el hecho de estar en el nivel 4º, por ejemplo, no quiere decir que las pulsiones instintivas o emocionales del nivel 1 y 2 queden sepultadas para siempre y ni siquiera existan. Recordemos que cada nuevo escalón lo que hace es integrar y trascender al anterior. Por lo tanto, quiere esto decir que viviremos las pulsiones y procesos de todos los escalones y procesos, y la diferencia consistirá en que estas no determinarán nuestros actos; tan sólo se harán presentes, sin que su influencia determinen las acciones de nuestro camino.

Tercero: que si durante la lectura de este mapa hemos tratado de situarnos en un nivel determinado, convendrá tener en cuenta que los siete estadios mencionados no son órdenes cerrados y que el ser humano está, de alguna forma, en resonancia con los siete. Otra cosa es que reconozcamos con humildad que una parte preponderante de nuestro trabajo evolutivo se halle inmerso en un estadio predominante, aunque existan resonancias, en menor cuantía, de los demás.
  
Nos encontramos en un momento de gran aceleración evolutiva que nos va a permitir poner nuestra mirada en la autorrealización de potenciales insospechados. En consonancia con la escala de necesidades de la pirámide de Maslow podemos afirmar que una parte de esta Humanidad comienza a trascender los niveles básicos de la escalera, lo que le permite orientar su mirada hacia la reveladora Conciencia de Luz.


José María Doria
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