sábado, 3 de marzo de 2018

Yantra, la geometría sagrada hindú

Un yantra es básicamente un diagrama que puede estar compuesto de una o varias figuras geométricas. Al realizar la combinación de éstas, se produce una interacción energética muy poderosa.


La palabra sánscrita yantra proviene del prefijo yam que significa “concebir”, “concepción mental”. Yantra, pues, significa literalmente “dispositivo”, “artificio”, “mecanismo”, “herramienta” o, más preciso aún, “instrumento”. Hace referencia a ciertas representaciones geométricas complejas de niveles y energías del cosmos (personalizadas bajo la forma de la deidad escogida) y del cuerpo humano (en cuanto réplica microcósmica del macrocosmos).
Los yantras se utilizan ampliamente en las ceremonias hindúes, donde se consideran como el “cuerpo” de la deidad personal (ishta-devata). Se dibujan en papel, madera o tela; también se graban en metal o en otros materiales, e incluso se diseñan en tres dimensiones en barro, arena o metal. Los Yantras están compuestos por un cuadrado que contiene círculos, pétalos de loto y un centro raíz o bindu (literalmente: punto). En su diseño se consideran números con poder para la numerología y la astrología hindú: desde el 1 al 9 y el 0 que permiten formar los otros números. El color es otro aspecto importante, ya que el blanco, el naranja, el rojo y el azul son los colores de mayor relevancia. Los yantras siempre son geométricos y designan un diagrama simbólico que, en dos o tres dimensiones, va desde el tamaño de un punto o triángulo hasta las dimensiones de un templo, diseñado para atraer energias positivas y para proteger de las energías negativas.
Según cuentan los Puranas (textos sagrados), hace miles de años los rishis”(sabios) habitaban en las cuevas del Himalaya, apartándose de la humanidad y de su caída cada vez mayor en el samsara (ciclo de repetidos nacimientos y muertes). Llevaban una vida de austeridad, penitencia y meditación con el fin de liberarse y alcanzar la Iluminación.
Cierto día recibieron un mensaje divino de Vishnu, el Señor supremo, que los ayudaría en este proceso. Así, con esta revelación es como nace la filosofía del tantra-yantra-mantra. Los rishis shaivas dicen que fue Shiva quien se les apareció.
Ya fuera Shiva o Vishnu el creador de esta forma de sadhana, la podemos considerar como una técnica de meditación y purificación del ser.
La palabra “tantra” significa entramado. Está formada por la raíz tan: extender, expandir. La intención es expandir la sabiduría obteniendo crecimiento espiritual y liberación, dando valor al cuerpo propio, tanto físico como energético, como un elemento positivo desde el cual aspirar a la iluminación. El cuerpo es una representación del macrocosmos y esta noción metafísica comprende el karma (que es básicamente la acción, y el efecto producido), la práctica de rituales (pujas y homas) y la experiencia de cada uno en el proceso liberador del alma (atman) que se traduce en energía orgánica, sutil y espiritual.
Esta corriente se fundirá en parte con aspectos del hatha yoga, con la finalidad de obtener control total sobre las energías del cuerpo.
Los yantras son herramientas visuales que ayudan a la meditación, siendo representaciones geométricas, numéricas y/o escritas de las diferentes divinidades (manifestaciones de Dios), tal y como fueron percibidas por los grandes Rishis de la antigua India.
►El Vastu y los yantras
El vastu es una de los upa-vedas (Vedas complementarios) que trata sobre la influencia de las leyes de la naturaleza en las construcciones humanas. Está basado en una serie de tratados que reúnen los distintos preceptos que deben respetarse a la hora de diseñar un edificio para cualquier uso; ya sea una vivienda o un templo. De acuerdo con el hinduismo, el vastu considera que el universo está compuesto por cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter, y que el diseño de un edificio debe conseguir una relación equilibrada entre ellos. El vastu esta considerado el origen del Feng-shui chino.
Los posibles errores o defectos energéticos en la construcción del lugar, la mala orientación de las habitaciones, etc, se pueden rectificar con la colocación de diferentes yantras para equilibrar y restituir las energías propicias del edificio y al mismo tiempo protegerlo de influencias negativas. Esto se puede verificar mediante un estudio de un vasati o experto en vastu, que recomendará los yantras apropiados y los rituales que lo acompañan.
Las primeras civilizaciones de la India les otorgaban poderes mágicos, como por ejemplo devolver la salud, vencer ciertos peligros y provocar las lluvias, entre otras cualidades.
►Beneficios del uso de los yantras
Actualmente, algunos utilizan los yantras como talismanes o amuletos, pero principalmente son utilizados como un instrumento para la meditación, ya que favorecen la calma y la concentración, promoviendo el bienestar físico, psicológico y espiritual.
El yantra, utilizado como instrumento para la meditación, actúa como punto focal hacia lo absoluto. Está diseñado para elevar la conciencia y acercar al practicante a un grado superior de espiritualidad. Esto se consigue gracias a la capacidad de atraer el ojo hacia el centro de la composición, que suele ser perfectamente simétrica.
Algunos rituales con yantras se utilizan también de forma terapéutica. Además, se pueden crear yantras específicos para una enfermedad o una persona concreta, como amuleto que lleva a cabo la protección contra desequilibrios energéticos, hechizos, etc. En todo caso, la efectividad del yantra dependerá de la calidad de concentración y visualización del adepto, además de su dominio de las energías sutiles.
►Diferencia entre yantra y mandala
Los mandalas y los yantras son diagramas sagrados utilizados por el hinduismo y el budismo para representar la estructura del Universo y del ser humano, éste considerado como una réplica microcósmica del macrocosmos. Son una proyección geométrica del cosmos, y se suelen organizar mediante un círculo (centro del universo y soporte de concentración) inscrito dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los yantras hindúes son lineales y geométricos, mientras que los mandalas budistas son figurativos. Su finalidad es semejante a los yantras. Se utilizan con fines de concentración, devocionales o para aumentar el conocimiento y la sabiduría personal.
El estilo y significado específico de cada mandala o yantra se explica según la época y la sampradaya (escuela filosofíca) que lo crea; los hay vaishnavas (consagrado a Vishnu), shaivas (consagrado a Shiva) y shaktas (consagrado a Shakti, la Diosa Madre). Los mandalas a menudo se elaboran con elementos frágiles y perecederos como arena, pétalos de flores o arroz. La construcción de un mandala de este tipo es minuciosa y lleva varios días. Sin embargo, una vez terminado se destruye para cumplir con uno de los propósitos fundamentales de su filosofía: mostrar la impermanencia de las cosas, promoviendo el desapego. La creación de un mandala o un yantra es, además de un elaborado trabajo que desarrolla la paciencia y la constancia, una meditación activa, un poderoso instrumento de concentración y relajación. La relación que se establece a través de la contemplación de su geometría conduce a un estado mental que invita al samadhi o unión con la Divinidad.
►Yantras y mantras
A cada yantra le corresponde un mantra (fonema sagrado) por medio del cual la mente individual convoca la energía cósmica a través de los tres cuerpos: causal, sutil y material. También se considera al yantra como un recipiente de la energía del mantra.
Además, los yantras se complementan con los mantras, ya que armonizan la energía del practicante con la del yantra, que a su vez vibra con la energía infinita del Universo. En la meditación, generalmente se utilizan ambos instrumentos simultáneamente.
Un yantra adecuadamente energetizado contiene la misma energía de la divinidad y es la esencia de dicha divinidad. Uno de los significados sánscritos de la palabra yantra es el de herramienta o máquina, por lo que un yantra es una máquina que sirve para manifestar la energía de la divinidad que representa en el lugar en donde es colocado.
►Energetizar un yantra
Para que un yantra deje de ser solo un dibujo geométrico y se convierta en el cuerpo físico de una divinidad, éste tiene que ser debidamente ritualizado por un purohita (sacerdote hindú) que realice una ceremonia de fuego (homa) valiéndose de instrumentos y ritos apropiados para instalar el aliento de vida (prana pratishta) y así invitar a la deidad a residir en cada yantra. Es así que ninguna figura o imagen de una divinidad es tan potente como lo es un yantra ritualizado.
Para adorar el yantra (previamente instalado), en primer lugar se debe tomar un baño purificador. Se debe colocar el yantra mirando hacia el este sobre un estante de madera y ofrecerle incienso, una vela, flores, frutas, entre otros. Siguiendo las instrucciones de un maestro, se recitará el mantra apropiado del yantra en la hora conveniente y con una duración determinada. No se trata de observar los detalles del yantra, sino de mantener la mirada en el centro, desde que se contempla toda la composición en conjunto.
Sólo se recurre a los yantras como objetos de culto, meditación y protección, permitiendo al practicante favorecerse con su energía.
Esta disciplina intelectual de utilizar los yantras surge del más elevado pensamiento de la India y da lugar a la adoración de la deidad en todas sus formas, mientras que a la vez es un camino de liberación.
►Tipos de yantras
Hay un yantra para cada deseo, pero el yantra más famoso de todos es el Sri Yantra. El Sri Yantra considerado el yantra supremo, por lo que contiene y trasciende a todos los otros. El nombre alude a la energía de la diosa (Sri), resumida en un esquema complejo de formas consagrado a Shakti (para los shaivas) y a Lakshmi (para los vaishnavas). Este yantra concede la victoria a todos los niveles. Está compuesto por nueve triángulos yuxtapuestos y colocados de tal forma que originan un total de 43 triángulos pequeños. Cuatro de los nueve primeros triángulos apuntan hacia arriba y representan la energía cósmica masculina (Shiva); los otros cinco apuntan hacia abajo y simbolizan la fuerza femenina (Shakti). Estos triángulos están rodeados de un loto de ocho pétalos que simboliza a Vishnu. El siguiente loto, con dieciséis pétalos, representa la conquista de la meta deseada, concretamente el poder del yogui sobre la mente y los sentidos. Encerrando este loto se encuentran cuatro lineas concéntricas que se conectan simbólicamente con los dos lotos. La triple linea que lo rodea se llama la “ciudad de la tierra” (bhupura) y designa el lugar consagrado que puede contener el universo entero o, por analogía, el cuerpo humano.
►Distintos tipos de yantras y sus propiedades
Ganesha: para tener éxito en nuevas actividades y comienzos.
Durga: protege de robos, discusiones, accidentes, incendios y problemas en la vida.
Hanuman: contra los hechizos, vigor para superar problemas difíciles y cambiar situaciones imposibles.
Vishnu: elimina miedos y fobias, aumenta y mejora las amistades.
Lakshmi y Kubera: prosperidad y riqueza.
Parvati / Uma: felicidad conyugal; resuelve problemas con la pareja.
Mahamrituñjaya: para alargar la vida, evitar una muerte repentina, prematura o inminente.
Shiva: para la práctica del yoga.
Navagraha: yantra de los 9 planetas védicos, para equilibrar los chakras y para la prosperidad en general.
Dhanvantari: sana enfermedades y concede buena salud.
Sarasvati: aprendizaje, conocimiento, inteligencia y sabiduría.
Vastu Purusha: para corregir defectos energéticos en la construcción del hogar o lugar de trabajo.
Krishna Gopal Santan: previene abortos y concede hijos sanos a las parejas.

Estos diagramas simbólicos sólo pueden encontrarse en la India en 120 templos y monasterios hindúes (108 consagrados a Vishnu y sus encarnaciones, y 12 a Shiva), y están custodiados por los propios sacerdotes o brahmanes. Nadie tiene acceso a ellos, excepto por mediación, intervención o aprobación del guardián del Yantra. Tras una profunda y larga labor de investigación, el autor de este artículo consiguió acceder a los libros sagrados y secretos que contienen esta información y reproducir los yantras en metal y papel, siguiendo la tradición ancestral, encargando a los artesanos hindúes un arduo trabajo de artesanía, con el fin de ponerlos al alcance del público occidental, de modo que todos puedan beneficiarse de las fuerzas sobrenaturales encerradas en estos instrumentos divinos de poder espiritual. El yantra tiene que ser grabado en metal o impreso en papel a una hora propicia determinada por complejos cálculos astrológicos. Los yantras son beneficiosos para toda la humanidad sin distinción de raza o credo, y pueden ser un importante complemento en la meditación de los practicantes de yoga.

Juan Carlos Ramchandani (Krishna Kripa)
http://www.yogaenred.com/
http://jcramchandani.blogspot.com.es/

viernes, 2 de marzo de 2018

El chantajista emocional

​Perfil psicológico del chantajista emocional, en 5 rasgos y hábitos. 

Estos manipuladores emocionales usan la dependencia como un modo de influir en los otros.


El chantajista emocional es un tipo de persona habituado a manipular a los demás para conseguir beneficios personales. Es decir, que se ha acostumbrado a utilizar métodos para limitar de poder de decisión de sus víctimas hasta conducirlas hasta una decisión determinada.
Sin embargo, hay algunas características que distinguen a los chantajistas emocionales de otra clase de manipuladores y, de hecho, en muchos aspectos son más difíciles de detectar de lo normal. Es por eso que es bueno conocer algunas señales de alerta para identificar los patrones de comportamiento que delatan a estas personas.

El perfil del chantajista emocional

No todos los chantajistas emocionales tienen por qué presentar todas estas características, aunque tienden a presentar una buena parte de ellas. Hay que tener en cuenta que el chantajismo emocional no es un rasgo de personalidad, sino un modo de relacionarse, o dinámica relacional, que ha sido aprendida e interiorizada, muchas veces incluso de forma casi inconsciente.
Eso significa que el rango de tipos de personalidad que hay detrás de los chantajistas emocionales puede variar, aunque hay algunos más propensos que otros a caer en este tipo de comportamiento. Así pues, para reconocer a los chantajistas emocionales no es tan importante estudiar la personalidad del otro, sino ver en tiempo real cómo interactúa con los demás.
Pasemos ya a los rasgos y hábitos propios del chantajista emocional.

1. Muestran vulnerabilidades de forma artificial

Es muy típico de los chantajistas emocionales hablar de o referirse tácitamente a sus propias debilidades incluso cuando eso no encaja bien con el tema del que se está hablando.
Resulta relativamente normal hablar de forma disruptiva sobre aquello que nos pone tristes o que nos hace sentirnos "débiles", ya que muchas veces necesitamos aprovechar cualquier momento de interacción social para expresar nuestros sentimientos. Sin embargo, en los chantajistas emocionales esto se ha transformado en un hábito y ocurre con una frecuencia mayor de la habitual.
Normalmente, esta clase de comentarios "gratuitos" y fuera de contexto pueden ser interpretados como una señal de alerta de que la otra persona se siente muy mal, en vez de reconocer en ellos una estrategia para manipular. El siguiente hábito permite distinguir mejor lo que está ocurriendo realmente.

2. Los comentarios victimistas van orientados a unas pocas personas

Los chantajistas emocionales no realizan esta clase de comentarios pesimistas ante cualquier persona con la que tienen confianza, sino solo ante aquellas a las que se quiere manipular. 
Esto es algo que revela el afán instrumental de este comportamiento; no se trata simplemente de pedir ayuda, sino de hacer que alguien en concreto haga algo determinado.

3. El uso instrumental de indirectas

Los chantajistas emocionales utilizan la ambigüedad a su favor para hacer que determinadas personas empiecen a pensar que tienen motivos para sentirse culpables. Es por eso que suelen recurrir a indirectas publicadas en redes sociales de forma pública o casi pública, textos relativamente cortos (para asegurarse de que sean leídos en su totalidad).
Ante la incertidumbre de si el mensaje va dirigido a uno mismo y la tensión que esto produce, tendemos a abandonar el estilo de pensamiento lógico y pasamos a utilizar el  pensamiento blando, es decir, intuitivo y basado en lo emocional.

De esta forma, los chantajistas emocionales consiguen un efecto muy curioso; como notamos que nos sentimos mal ante la incertidumbre, interpretamos ese malestar producida por la propia ambigüedad del mensaje como una señal de nuestra culpabilidad.

4. La difusión del rumor del conflicto

Los chantajistas emocionales rara vez expresarán señales de enfado o enemistad ante las personas a las que quieren manipular, pero pueden inocular la idea de tensión no resueltaesparciendo rumores a través del círculo social de la persona.
Por ejemplo, ante los demás, y de forma privada, pueden realizar declaraciones que muestren una cierta tristeza por el alejamiento o la supuesta indiferencia que supuestamente está haciendo de la víctima una persona más fría, individualista y egocéntrica. Todo esto, por supuesto, no se explica de forma directa, sino mediante insinuaciones.
Cuando unas cuantas personas de nuestro círculo social han percibido esta idea, es más fácil llegar a suponer que todos los demás están en lo cierto y que uno mismo está equivocado. Si analizásemos más lo que los demás creen sobre nosotros llegaríamos a la conclusión de que también ellos han sido manipulados como estrategia para afectarnos de forma indirecta. Sin embargo, la "ley del silencio" y las convenciones sociales hacen que investigar sobre el asunto sea complicado.

5. Actitud pasivo-agresiva desconcertante

Los chantajistas emocionales no utilizan la actitud pasivo-agresiva constantemente, pero sí en momentos clave, para que su uso tenga unos efectos más potentes.
Esto significa que en ciertas ocasiones la otra persona actuará como si no esperase nada de la víctima, de un modo tan teatral que parece querer decir lo contrario: "podrías estar haciendo mucho más por mí".

Psicología/Arturo Torres
https://psicologiaymente.net

jueves, 1 de marzo de 2018

Puedes aprender a mantener la calma. Inténtalo


Esto es lo primero que debes saber: mantener la calma es algo que se aprende. Aunque venimos al mundo con una dotación genética que nos hace más o menos impulsivos, lo natural es que comencemos la vida dejándonos llevar por las emociones y las pasiones. Nuestro lóbulo frontal aún no está totalmente desarrollado.
Si tenemos la fortuna de contar con condiciones favorables para nuestra evolución y desarrollo, vamos aprendiendo que para actuar razonablemente debemos controlar los impulsos. También nos vamos dando cuenta de que si no hay ese autocontrol, terminamos actuando de manera errática y acabamos haciendo o diciendo frases que a la larga nos perjudican.
 ► La vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de borrasca; lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco.
                                                                    Jacinto Benavente

La mala noticia es que no todos hemos recibido una educación que favorezca el autocontrol; la noticia positiva es que pasada la infancia podemos realizar esta educación nosotros mismos. Una vez que somos conscientes del problema -en nuestro pasado existen numerosos ejemplos de haber metido la pata por precipitación- podemos actuar para corregir esta dinámica.
En este caso, es verdad que estamos introduciendo un factor de represión sobre nuestros impulsos. Entrar en el mundo de la cultura siempre exige una cuota de renuncia a esos apetitos y deseos que van en contra de la convivencia con otros.
Pero en realidad, a quien más le sirve el autocontrol es a nosotros mismos. Nos impide desperdiciar energía emocional inútilmente y nos permite ser más asertivos. 
A continuación te damos 4 claves para aprender a mantener la calma en los momentos que más cuesta.

Para permanecer en calma, corta de inmediato con el estímulo estresante

La pérdida de control ocurre cuando se presenta un estímulo estresante. Bajo el rótulo de “estresante” podemos ubicar lo que nos asusta y/o nos amenaza. También aquello que nos cuestiona, nos pone en entredicho o se opone a nuestros deseos.
Si no has cultivado el autocontrol, lo que ocurre con ese tipo de estímulos es que te ponen en una actitud defensiva, que se expresa como agresividad: gritas, gesticulas de manera violenta, empleas lenguaje ofensivo o diseñas un discurso hiriente y también amenazante.
Puedes controlar esos impulsos si logras mantenerte quieto y en silencio unos 20 segundos. Si sientes que te resulta imposible no reaccionar, simplemente ponte de pie y corta con la situación por un instante breve, inspirando y expirando profundamente. Es muy cierto aquello de que “hay que contar hasta diez”. A veces, la diferencia entre un gran acierto y un gran error son precisamente esos pocos segundos de ruptura.

Enfoca la atención hacia tu propio cuerpo

Es importante que te programes para estar muy atento a todo lo que pasa en tu cuerpo. Activa el “chip” cada vez que te sientas incómodo con algo o alguien. Deja de pensar en esa realidad externa y, en cambio, vuelca tu atención sobre las señales que te indican cómo estás reaccionando fisiológicamente. Las señales vienen de tu cuerpo, es él quién acompaña el estado de ansiedad, páralo.
Concéntrate en la forma en la que respiras, en los latidos de tu corazón. Piensa en la temperatura de tu cuerpo y si sientes calor, refréscate con agua o con aire fresco. Fíjate si tienes los músculos tensos y estíralos. Sin apenas darte cuenta, estarás cogiendo las riendas de la situación.
Para “activar el chip”, graba en tu mente esta orden y repítela constantemente: “quiero entender las reacciones de mi cuerpo”. Si aparece algo que te ofusca o que te irrita, acostúmbrate a pensar en forma automática: “quiero entender las reacciones de mi cuerpo”. Esa frase será una apertura a la auto-observación y, como consecuencia, al autocontrol.

El ejercicio, siempre el ejercicio

Si tú eres uno de esos casos crónicos (personas que explotan casi todo el tiempo y casi por cualquier cosa), necesitas urgentemente introducir una rutina de ejercicio en tu vida cotidiana. Mejor si se trata de una práctica deportiva, que termine con el exceso de energía que después puedes derrochar en tu contra.
Está comprobado científicamente que el ejercicio activa la producción de diferentes hormonas que inciden sobre el estado de ánimo. El gasto de energía física también te permite liberar ese exceso de tensión emocional que te mantiene irritado o a punto de explotar. Además, la disciplina que exige la práctica de ejercicio, o de algún deporte, es también una forma de entrenar la capacidad de autocontrol.
No se trata de competir contra otros o de poner el objetivo en la victoria. Lo importante es disfrutar de la actividad y de escuchar a tu cuerpo también en un espacio en el que le das libertad imponiéndole un ritmo más rápido y enérgico.
Mejor que se trate de algo que te llame la atención o que disfrutes de algún modo. Pero si te encuentras en esa fase en la que no te gusta nada, simplemente haz tus ejercicios a solas en la casa o sustitúyelo por un paseo diario, a paso rápido. Verás cómo en poco tiempo te sientes mucho mejor.
¿Qué haces tú para mantener la calma?

Edith Sánchez
https://lamenteesmaravillosa.com